Desde la aplicación del estado de alarma en España debido a la pandemia de coronavirus que estamos sufriendo, no solamente nos enfrentamos a una crisis sanitaria sin precedentes, sino también a un impacto psicológico provocado por una amplia gama de situaciones a las que nos estamos enfrentando. Todo ello se agrava con el confinamiento en casa, y sobre el cual pueden surgir secuelas posteriores muy a tener en cuenta. A todos nos ha cambiado las rutinas en mayor o menor medida, por ello, desde Sanitum, os queremos hacer una serie de recomendaciones que nos hagan más llevadero este difícil reto.
Evitar la sobreinformación
Los primeros días de cuarentena han estado plagados de noticias desconcertantes y falsas. Las llamadas fake news han campado a sus anchas convirtiéndose en una pandemia paralela en redes sociales, plataformas de vídeo y wasaps. Seguro que te habrán llegado los famosos audios de supuestas enfermeras que se encuentran desbordadas. Por otro lado, los medios oficiales tampoco ayudan con ese goteo constante de datos de dentro y fuera de nuestras fronteras. Reconocemos que siempre es bueno estar informados, pero hacerlo en exceso nos provoca mayor estado de alarma y sensación de peligro inminente.
Pensar constantemente en la enfermedad
Si bien debemos estar alerta con el fin de evitarla, tal y como os contamos en los consejos de higiene que encontraréis en este enlace, también es importante mantenernos ocupados. Es una gran ocasión para hacer aquellas cosas que nos gustan y que no podemos hacer por falta de tiempo: leer, ver nuestras series favoritas, estar más con la familia, … También es una gran oportunidad para ordenar la casa y nuestro espacio de trabajo en el hogar con el fin de encontrarnos más cómodos con el entorno. Si estas distraído, a medida que pasen los días lograrás una mayor concentración, hasta el punto de no pensar todo el rato en la enfermedad. En este sentido es importantísimo evitar hablar constantemente del coronavirus y sobre todo lo que le rodea. Sabemos que es difícil, pero con un poco de esfuerzo lograrás grandes avances a este respecto.
Respiración acelerada y aumento del ritmo cardíaco
A veces el cuerpo, cuando no entiende o es incapaz de asumir ciertas situaciones, puede responder somatizando o provocando estados de ansiedad tan graves o más que la propia enfermedad. El estado en el que nos encontramos da lugar a un aumento del ritmo cardíaco, sudoraciones, respiración acelerada e incluso temblores injustificados. Esto da lugar a problemas para conciliar el sueño y, por lo tanto, a no descansar. Hay que evitar en la medida de lo posible entrar en esta rueda y no alarmarse. La inmensa mayoría de las personas que enferman se recuperan y a buen seguro lograremos vencer al virus de manera implacable. Hay que confiar plenamente en el personal sanitario, y en su capacidad y lucha contra esta enfermedad.