La vitamina K es probablemente la vitamina más desconocida de todas. Sin embargo, es una sustancia fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Por ejemplo, es la responsable de la formación de coágulos y la detención de sangrados, además de ser determinante en la salud de los huesos y para otras funciones. Su obtención se realiza a través de los alimentos que consumimos, y algunas bacterias buenas que habitan en nuestros intestinos también la producen de forma natural. Tener bajos niveles de vitamina K puede inducir a un sangrado peligroso, sobre todo en los recién nacidos y los bebés. Es por ello recomendable su administración para brindar protección ante estas situaciones.
¿Quiénes tienen dificultades de absorción de vitamina K?
Algunas personas, en determinadas situaciones, pueden tener dificultades para la obtención suficiente de vitamina K. Estos tres serían los casos más habituales:
- Recién nacidos que no reciban una inyección de vitamina K tras el nacimiento.
- Personas que tengan los siguientes trastornos: enfermedad celíaca, colitis ulcerosa, fibrosis quística y síndrome de intestino corto.
- Personas que han pasado por una cirugía bariátrica. Es decir, aquella que consiste en la reducción del estómago.
El consumo insuficiente de vitamina K conlleva a una mayor propensión de hematomas (moratones), además de otros problemas de sangrado antes descritos. Asimismo, sin ella se reduce la fuerza de los huesos y aumenta considerablemente el riesgo de osteoporosis.
Alimentos que son fuente de vitamina K
Muchos alimentos contienen naturalmente la vitamina K. Para obtenerla de forma correcta hay que consumirlos de manera variada, y son los siguientes:
- Hortalizas de hojas verdes: espinacas, col rizada, berza, lechuga y brócoli.
- Aceites de origen vegetal.
- Frutas como arándanos azules e higos.
- Carnes.
- Quesos.
- Huevos.
- Granos de soja.
Suplementación de vitamina K
Otra opción, más allá de los alimentos naturales, es la suplementación. En el mercado podemos encontrar varios productos al respecto, como suele ocurrir con otras vitaminas. Los suplementos de vitamina K pueden ser solo de esta vitamina o venir acompañada con otros nutrientes, como por ejemplo el calcio, el magnesio y/o la vitamina D.
Una buena alternativa son los suplementos que combinan la vitamina D3 con la K2. De este modo, se añade el poder de los ácidos grasos Omega-3, ayudando al organismo en la formación y maduración de las células madres óseas y en la regulación de la absorción del calcio.