Septiembre es un mes para hacer balance y empezar el ‘nuevo curso‘ con aquellos propósitos que queríamos alcanzar antes de finalizar el año. Entre ellos, por ejemplo, adquirir unos hábitos más saludables: comer mejor y empezar a hacer ejercicio de forma regular.
Si este es tu caso, pero no logras ser constante con el deporte, quizás pueda interesarte contratar a un entrenador personal.
Beneficios de contratar un entrenador personal
De entrada, puede que tener un personal trainer sea una opción que no entre en tus planes. Probablemente, porque no estés segura de cómo podría ayudarte, o bien porque crees que es un servicio caro y reservado a unos pocos. Pero lo cierto es que contar con un entrenador personal es una gran idea, si quieres acabar con las principales excusas que nos suelen impedir hacer deporte de forma regular.
1) Falta de tiempo. La dificultad de encontrar huecos en la agenda para dedicarlos al ejercicio físico es uno de los principales obstáculos a los que debemos hacer frente a la hora de intentar incluir el deporte en nuestro día a día. En ese sentido, el entrenador personal se adapta totalmente a tus horarios e incluso puede desplazarse a tu casa o lugar de entrenamiento. Además, al ser entrenos personalizados y enfocados únicamente en conseguir tus metas son mucho más eficientes, por lo que se puede reducir el tiempo por sesión y limitar tus entrenamientos a menos días por semana.
2) Falta de motivación. Otra razón por la que solemos desapuntarnos del gimnasio o abandonamos el deporte es que, al poco tiempo, perdemos la ganas de entrenar y nos dejamos vencer por la pereza. En ese sentido, un buen entrenador personal no dejará que te desmotives. Sabrá qué es lo que más te gusta y te propondrá nuevos retos, reales y alcanzables. Esto te devolverá las ganas de seguir entrenando y cumplir con los objetivos marcados.
3) Falta de constancia. Siempre vamos a encontrar motivos para posponer tus sesiones en el gimnasio. Por eso, una de las cosas más positivas de tener un entrenador personal es que sabes que tiene programados todos tus entrenamientos. Esto hará que adquieras un compromiso con él y que difícilmente recurras a excusas para cancelar tu sesión a última hora. Además, es probable que pierdas el dinero de la sesión si fallas, lo que también será un estímulo para acudir puntual a tu cita con él.
4) Cansancio. Con el ritmo de vida actual, es probable que muchos días ya te levantes cansada o que vayas quedando sin energía con el transcurso del día. De ser así, está claro que lo que menos te apetecerá es hacer ejercicio físico, sino que esperarás con ansias tu momento de tumbarte al sofá y descansar. No obstante, una de las ventajas de contar con un entrenador personal es que podrá ajustar el entreno en función de tu estado de ánimo o grado de fatiga. Además, ya verás como al acabar la sesión, tu energía y tu humor cambian.
5) Falta de resultados. Quizás, lo que te desmotive sea el hecho de que te sientes estancada y no ves los resultados que desearías, a pesar de tu esfuerzo. Ten en cuenta que, con un entrenador personal, las sesiones son más efectivas y los resultados llegan más rápido, porque se trabaja sobre unos objetivos en concreto y se hace un seguimiento continuo.
6) Miedo a lesiones. Es habitual que, tras sufrir alguna lesión, sintamos cierto temor a la hora de retomar nuestra rutina de ejercicios. En estos casos, contar con la ayuda de un profesional experto es lo más sensato y lo más seguro, porque el entrenador se encarga de ‘educar’ a tu cuerpo para que sepas que debes hacer en todo momento y no sufras otra lesión por realizar los ejercicios de manera incorrecta. Además, cuando existen dolencias o ciertas patologías, un entrenamiento adaptado puede ayudarte a corregir o superar el problema.
En ese sentido, hay que ser prudente con la idea de diseñarse uno mismo el programa de entrenamientos y hacerlo en casa por cuenta propia. Sobre todo, porque se pueden repetir lesiones o provocar otras nuevas al adoptar malas posturas o levantar más peso del necesario, por ejemplo. Así pues, cuidado con seguir la primera rutina que encontremos por internet.
7) Pocas habilidades para el deporte. Aunque sientas que no es lo tuyo, los beneficios del ejercicio físico en nuestra salud son tan importantes que merece la pena hacer un esfuerzo para encontrarle espacio en nuestro día a día. Por eso, ten en cuenta que un entrenador personal sabrá cómo tiene que empezar desde cero cualquier persona en cualquier situación. Es decir, se trata de un entrenamiento personalizado que se adapta a tus necesidades y que te ayuda en cualquiera de los objetivos que tengas.
8) Falta de presupuesto. Obviamente, los entrenamientos personales tienen un precio superior al de las cuotas de gimnasio. Pero puedes acabar tirando el dinero, si solo apareces por allí de vez en cuando. Además, en caso de que tengas un presupuesto limitado, puedes ajustar la frecuencia de tus sesiones o realizar entrenamientos en pareja o grupos reducidos. Aunque sea poco, siempre será mejor que nada.
¿Qué opinas de estos beneficios de contratar un entrenador personal? Después de este post, ¿sería una opción que te plantearías para tratar de ser constante con el deporte y combatir el sedentarismo? ¡Nos encantará conocer tú opinión!
