El trabajo continuado con el ordenador ha traído consigo grandes cambios en la eficacia laboral, pero también ha provocado, sobre nuestro cuerpo, una serie de afecciones como consecuencia de las más de 1850 horas de media que pasamos delante de las pantallas todos los años. Esto además se ha intensificado desde nuestros propios hogares, en especial con la irrupción del teletrabajo de forma masiva.
Uno de los efectos más comunes que se producen al trabajar frente al ordenador, durante horas, es la contracción de ciertos músculos. Cuando esto ocurre, junto al hecho de que los músculos están unidos a otros formando una cadena, provoca un acortamiento de la citada cadena muscular. Permanecer mucho tiempo frente a la pantalla puede provocarnos los siguientes problemas:
- Tener la cabeza y hombros desplazados hacia delante. Esto se debe a que acortamos la cadena muscular anterior de las cervicales, tórax y hombros. Asimismo, acabaremos con la cabeza también proyectada hacia delante, los hombros inclinados hacia el pecho, y con el tiempo, es más que probable, que aparezca una cifosis dorsal. Es decir, una chepa en la espalda típica de las edades avanzadas.
- Dolor de espalda y disminución de la altura. Esto se produce por culpa de un aplastamiento de los discos intervertebrales.
- La falta de flexibilidad derivará en un riesgo de padecer cualquier tipo de lesión, como por ejemplo una hernia discal. Esta ocurre cuando todo o parte de un disco de la columna es forzado a atravesar una parte debilitada del disco. Esto puede ejercer presión sobre los nervios, provocando dolores de espalda, ciática, adormecimiento o sensación de hormigueo en la pierna o pies, debilidad e incluso pérdida de control de la vejiga o los intestinos en aquellos casos más extremos.
INCORPORAR NUEVOS HÁBITOS
Hay que incorporar nuevos hábitos, antes de que sea demasiado tarde, y así evitar que los problemas antes expuestos se vuelvan crónicos. Asimismo, también se recomienda ponernos en manos de osteópatas o fisioterapeutas que nos ayudarán a liberar las zonas rígidas, a relajar las contracturas musculares y a mantener flexible la columna. Hay que prevenir, por encima de todo, los futuros dolores de espalda y, en especial, la aparición de una artrosis precoz.
Por otro lado, en nuestra casa u oficina debemos adoptar una postura correcta cada vez que nos sentemos frente al ordenador:
- Codos: hay que dejarlos apoyados y pegados al cuerpo manteniendo un ángulo entre los 90º y 100º.
- Brazos: no es recomendable teclear con los brazos en suspensión.
- Antebrazos: siempre apoyados sobre el escritorio.
- Cuello: mantener la mirada siempre hacia el frente, evitando la torsión del cuello.
- Hombros: siempre deben estar relajados.
- Silla: siempre debe contar con un apoya brazos.
Y siempre que sea posible hay que cambiar frecuentemente de posición, estirar los músculos suavemente para aliviar tensión y levantarse cada hora. Lo ideal, en este último punto, sería hacer caminatas breves alrededor de la oficina o casa.
