Muchas veces los frutos secos se eliminan de nuestra dieta tachados de muy calóricos, pero realmente y consumidos en cantidades moderadas son un excelente complemento para tu alimentación. ¡Vamos a descubrirlos!
Por ejemplo, la avellana es una fuente de magnesio, cobre, vitamina B y vitamina E, siendo especialmente eficaz para combatir el envejecimiento y fortalecer el sistema nervioso. Unas cuantas avellanas en el desayuno te aportarán energía durante todo el día y son un excelente tentempié para los más peques.
En la misma línea, las almendras son ricas en proteínas como la vitelina, la legumina, peptonas y albumosas. También son unas grandes aliadas para reducir el colesterol y son buenas para el corazón, ricas en calcio y vitamina E.
¿Y qué decir de los piñones? A los niños les encantan y son un ingrediente ideal para incluir en un bizcocho casero. Contienen proteínas, vitaminas y sales minerales. También son una buena fuente de energía las nueces, que cuidan de tu corazón y son un buen nutriente antes de una larga excursión por la montaña o para el desayuno de tus hijos.
Tampoco nos olvidamos de los ricos pistachos, que deben consumirse mejor sin sal y son ricos en hierro y minerales. Aunque es originario de Siria, ya se consume en casi todo el mundo y es uno de los aperitivos favoritos.