Hoy en nuestro nuevo post de Sanitum os queremos dar a conocer que la pimienta es mucho más que una especia o un condimento para acompañar a nuestros alimentos. Su gran valor puede demostrarse históricamente, hay mucha documentación acerca de la importancia que tenía, por ejemplo, en España en tiempos medievales. En aquellos siglos se utilizaba como moneda de cambio en muchas transacciones económicas e intercambios mercantiles. Su origen lo encontramos en la India, pero ya era conocida por romanos y griegos gracias a las incipientes rutas comerciales con Asia. Junto a la India, también se produce en Malasia, Indonesia y algunos países de América del Sur, especialmente en Brasil.
Recordemos que la pimienta se extrae del árbol Piper nigrum, un árbol trepador, que en ocasiones alcanza unos 6 metros, de la familia de piperáceas. Crece en latitudes tropicales y con un alto grado de humedad en el ambiente. Por ello se produce en los países antes indicados. Hay cuatro clases de pimienta dependiendo de su grado de maduración: negra (aromática y picante), verde (la más abundante en Brasil), blanca (la más suave) y roja (fuerte y picante). Esta última no procede del Piper nigrum sino del Capsicum, de las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur.
A continuación os resumimos las propiedades medicinales de la pimienta:
- Sus aceites esenciales la hacen ser buena antioxidante además de contar con propiedades anticancerígenas.
- Reduce el contenido de sodio de los alimentos.
- Facilita la digestión al estimular las secreciones gástricas.
- La piperina es una gran aliada de la pigmentación natural de la piel.
- Provoca efectos positivos en la circulación sanguínea. Su ingesta es ideal para aquellas personas con problemas de varices, hemorroides, vejiga e incluso problemas de origen hepático.
Solo tienen que tener precaución aquellos que padezcan enfermedades intestinales, ya que su consumo les puede provocar una mayor irritación.