Nos encontramos viviendo una de las alarmas sociales y epidemiológicas más importantes de lo que llevamos de siglo. El Coronavirus abre todos los días los bloques de noticias en televisión, y está presente en la mayor parte de las webs informativas, además de ser un recurrente trending topic en redes sociales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha calificado como una pandemia. Las primeras imágenes que nos venían de las ciudades chinas desiertas y la cancelación de las fiestas de su nuevo año resultaban lejanas, pero su salto a Europa se ha saldado con un fuerte impacto en países como Italia, el más afectado en estos momentos. Desde Sanitum, al principio de la crisis, ya os dimos una serie de pautas de higiene para evitar la provocación de los virus. Podéis recuperar dicho artículo entrando en el siguiente enlace.
La incidencia en España, a fecha de la publicación de este post, se acerca a los 1.000 infectados. En China supera los 100.000 contagios, la mayor parte de ellos concentrados en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, considerada el epicentro de esta infección. Ya ha llegado a un centenar de países, provocando la cancelación (o cambios) de numerosos eventos públicos. Uno de ellos es muy significativo: la ceremonia del encendido de la antorcha olímpica en el Templo de Hera en Grecia se hará sin la presencia de público. En concreto, estos nuevos juegos olímpicos que están programados para arrancar el 24 de julio en Tokio penden de un hilo. Las noticias cambian a una velocidad de vértigo, provocando además una gran desinformación en internet. Por ello las autoridades competentes han dispuesto de varias alertas oficiales cuando uno accede a los portales de búsqueda habituales (Google, YouTube, …)
La transmisión del también llamado COVID-19 se ha acelerado desde la notificación de los primeros casos en diciembre de 2019. Todo parece indicar que el Coronavirus de Wuhan tiene una procedencia animal, relacionado con un mercado de animales vivos de la citada ciudad china.
Las infecciones por Coranavirus suelen dar lugar a los siguientes síntomas:
- Secreciones y goteo nasal.
- Dolor de garganta y cabeza.
- Malestar general acompañado de escalofríos.
- Dificultades para respirar.
- Problemas gastrointestinales, como es el caso de la diarrea.
Según el sujeto, las distintas afecciones del virus pueden variar, incluso se han dado casos asintomáticos y cuadros leves. En los cuadros más graves deriva en neumonía, siendo los siguientes grupos los de mayor riesgo:
- Personas mayores.
- Individuos con enfermedades crónicas como la diabetes.
- Pacientes con algunos tipos de cáncer.
- Pacientes con enfermedad pulmonar crónica.
Para evitar su propagación, tal y como recomendábamos en aquel artículo, se deben mantener unas normas de higiene básica:
- Lavarse las manos con frecuencia.
- No dar la mano ni besar.
- No tocarse los ojos, nariz o boca.
- Evitar el contacto con personas que ya estén infectadas.
- Toser en el pliegue del codo y usar pañuelos desechables para cubrirse en caso de toser o estornudar.
- Y aquellos que estén con posibles afectados se aconseja el uso de mascarillas.
