La malva es una planta herbácea, que podemos encontrar en las zonas templadas, subtropicales y tropicales de África, Asia y Europa, con una riqueza sanadora concentrada en sus flores y hojas. La explicación a sus propiedades la hallaremos en el mucílago, una sustancia vegetal que ayuda a la germinación de las semillas, al entrar en contacto con el agua. Gracias a este, la malva lubrifica el intestino y mejora las mucosas y la piel.
Los agricultores, tradicionalmente, conocen bien la malva, pero no la tienen en la estima que se merece. Esto es debido a su resistencia, que la hace crecer en terrenos considerados baldíos o en jardines descuidados. También crece, desde siempre, en los cementerios, en especial sobre aquellos enterramientos en tierra. De hecho, de aquí proviene la expresión popular de “estar criando malvas”. Todas estas características le dan fama de “mala hierba”, algo que resulta infundado, ya que, por el contrario, posee múltiples propiedades muy a tener en cuenta. En realidad, la malva oculta un potencial curativo enorme.
PROPIEDADES DE LA MALVA
Las virtudes curativas de la malva se encuentran concentradas en sus flores y hojas, y, sobre todo, en el antes mencionado mucílago. Se trata de un excelente remedio para afrontar diversos problemas de salud:
- Estreñimiento: El mucílago lubrifica los intestinos, actuando como un laxante natural. Resulta especialmente recomendable para niños y ancianos como sustituto natural a los fármacos convencionales. También es diurética, al estimular la producción de orina.
- Afecciones respiratorias: Es expectorante y reduce la tos, convirtiéndola en un buen remedio en procesos catarrales o, incluso, para esas personas que sufren de asma.
- Afecciones de la piel: El mucílago de la malva tiene la capacidad de ablandar y suavizar la piel, siendo un excelente aliado frente a los granos, eczemas o acné. Es por ello que aparezca como materia prima en numerosos productos de cosmética. También actúa sobre las mucosas en casos de faringitis o hemorroides.
- Astringente y antiinflamatorio: La malva también es rica en taninos, con las virtudes astringentes y antiinflamatorias que estos aportan a nuestra salud.
Se puede utilizar de varias formas. Por ejemplo, si tenemos problemas cutáneos nos podemos hacer una cataplasma con la planta triturada o con una decocción de sus hojas. Y si deseamos ingerirla, se puede preparar en infusión o hacer varios litros tras la decocción para ir tomando de manera progresiva. Y si padecemos afecciones respiratorias, ayuda mucho poner unas pocas flores en un vaso de leche caliente.