Coger a tu bebé en brazos es un gran placer, pero a veces genera dudas sobre si lo estamos haciendo bien. Los pediatras aconsejan que lo hagas con firmeza y sin miedo, sujetando al bebé de forma que encuentre el mejor cobijo entre tus manos.
Especial atención debes prestar en su cabeza, ya que durante unos meses no será capaz de sujetarla por sí solo. También intenta no tener las manos frías o, en todo caso, cógelo con una manta calentita para que no note el contraste entre la cuna y fuera de ella.
Como decíamos, céntrate en primer lugar en coger su cabecita con una mano y con la otra sostén la zona de las nalgas.
A veces algunos bebés no están cómodos en esta posición, así que si este es el caso no dudes en acercarle a tu pecho. Está más que demostrado que los latidos de tu corazón le ayudarán a relajarse.
Una buena manera de tranquilizarle es también mecerlo un poco o cantarle una nana. Verás cómo este será un buen truco durante sus primeros meses de vida. Pero a algunos bebés les gusta especialmente estar boca abajo. En este caso, deberás poner su mejilla en tu antebrazo colocando las dos manos bajo su cuerpo. Esta es una excelente postura cuando el bebé está intranquilo por los gases y un suave masaje en la zona de la tripa le ayudará a expulsarlos.