La circulación linfática, a diferencia de la sanguínea, siempre es la gran olvidada. Se trata de un complejo sistema de drenaje y transporte de líquido, además de una respuesta inmunológica y un mecanismo de resistencia de nuestro cuerpo frente a las enfermedades.
La linfa tiene tres funciones principales:
- Transporta el líquido intersticial hacia la sangre: El exceso de este líquido fluye hacia los capilares linfáticos, los cuales, a su vez, lo devuelven hacia el sistema venoso.
- Transporta las grasas procedentes de los alimentos que ingerimos, siendo parte imprescindible en su asimilación.
- Respuesta inmunitaria: Los vasos linfáticos atraviesan los ganglios linfáticos en los que encontramos las células del sistema inmunitario, principalmente los linfocitos. Estos son los encargados de atacar y destruir los microorganismos perjudiciales, además de actuar como frente en primera línea contras las infecciones derivadas por agentes externos.
Con el objetivo de facilitar la circulación, el drenaje linfático se revela como una terapia manual destinada a la mejora del sistema, en especial cuando existe un acumulamiento de líquido y edemas, u otros casos de alteración. Esta práctica fue iniciada por los doctores daneses Emil Vodder y Estrid Vodder en la década de 1930, para el tratamiento de la sinusitis crónica y otros trastornos inmunes.
Efectos beneficiosos del drenaje linfático manual
- Acción simpaticolitica: Esta terapia manual inhibe el llamado sistema nervioso simpático, permitiendo al parasimpático que actúe con mayor fuerza. Con esta acción se logra que el paciente entre en un estado total de relajación.
- Acción inmunitaria: Las maniobras que se aplican durante el drenaje favorecen los mecanismos inmunológicos del organismo. Se estimula el movimiento de la linfa y la acción propia de los ganglios linfáticos.
- Acción drenante: Facilitar la evacuación de líquido y de las sustancias del tejido conectivo (edemas). Se favorece tanto a la evacuación de sustancias y líquido superficial, como también a un nivel más profundo. Esto último se produce por la acción de los linfangiones al llenar de linfa los vasos.
El drenaje linfático manual se diferencia de los masajes convencionales por ejercer sobre el paciente una presión suave que busca, principalmente, un efecto relajante sobre el tono muscular. Y en ningún caso provocar enrojecimientos cutáneos o dolor. Se realiza mediante una técnica lenta y repetitiva, y sin la ayuda de lubricantes. Las maniobras recorren el sistema linfático hacia las zonas de evacuación.
Este drenaje, además de los beneficios antes mencionados, también es útil en los siguientes casos:
- Estreñimiento.
- Acné.
- Estrés y cansancio crónicos.
- Efecto analgésico frente al dolor agudo.
- Tratamiento inicial ante otras terapias más agresivas.
- Beneficios estéticos.
