La piña es una de las frutas tropicales que más se disfrutan en verano, aunque realmente la consumimos a lo largo de todo el año. El fruto para su consumo puede estar fresco y en conserva, y se viene a utilizar como postre e incluso como acompañamiento en ensaladas, algo ideal para estos meses en los que nos encontramos. Otro clásico de estas fechas es la presentación de piña colada. Sin embargo, poco se habla del consumo del corazón de la piña. No todo el mundo se atreve a comer esta parte de la fruta, la cual trae interesantes beneficios para nuestro cuerpo.
Primero, antes de ello, os describimos las cualidades que tiene la piña ya de por sí:
- Contenido calórico moderado.
- Un alimento rico en fibra y agua, siendo fantástico para hidratarnos ante el calor.
- Aporta vitamina C, potasio, yodo y carbohidratos.
La piña suele utilizarse en las dietas de reducción de peso. El alto contenido en fibra favorece el movimiento intestinal y es una aliada frente al estreñimiento. Dicha fruta, asimismo, provoca sensación de saciedad, evitando que comamos más.
Por regla general, cuando consumimos piña solemos tirar el centro, pero éste en realidad no es un desecho. El también llamado corazón de piña es rico en bromelina, una enzima digestiva muy beneficiosa en casos de digestiones difíciles. Posee propiedades anorexígenas, aquellas que nos hacen disminuir el apetito. En el mercado también podemos encontrar bromelina como complemento alimenticio en forma de capsulas.
La bromelina, por cierto, provoca que tengamos la sensación de irritación en la lengua. Es por esta razón que mucha gente tira el centro, pero no hay evidencia alguna de que sea tóxico. La bromelina en sí se encuentra en toda la piña, pero, en realidad, se concentra con especial intensidad en el corazón. Si eres de los que no tolera esa sensación en la lengua, puedes elegir una piña más madura o usarla para realizar smoothies verdes
