Trucos en el etiquetado de los alimentos

etiquetado de alimentos

Siempre que puedo intento comer preferiblemente alimentos frescos o pocos procesados (hortalizas o verduras lavadas y listas para consumir, frutos secos sin cáscara…). Aun así, por falta de tiempo y por practicidad también incluyo en mi lista de la compra alimentos más procesados como salsa de tomate, legumbres cocidas o atún en conserva y también algún que otro capricho para ocasiones puntuales como patatas fritas, palomitas o galletas. Eso sí, nunca compro platos precocinados y congelados tipo pizzas, pasta, croquetas…

Aunque leer el etiquetado de los alimentos puede ser complicado y bastante confuso para quienes no somos expertos en el tema (prometemos preparar un post sobre ello con consejos de los especialistas), estos son algunos trucos que he ido aprendiendo de nutricionistas y dietistas y que utilizo a la hora de ir al supermercado y decidirme por unos productos u otros.

  • Ojo con los alimentos light. Aunque se anuncien como ‘light‘ o ligeros, esto no significa que sean alimentos con pocas calorías, sino que contienen menos que en su versión original. Esto nos puede llevar a pensar que son alimentos poco calóricos, que no engordan, relajarnos y comerlos en más cantidad y, al final, sumar calorías (y kilos) extra.
  • Cuidado con la opción ‘bajo en grasa’. Los alimentos que se venden como ‘bajos en grasa’ o libres de ella suelen tener en su composición mayores cantidades de azúcar o sal que en su versión original para compensar la pérdida de sabor que se produce al reducir la grasa del producto. Por tanto, conviene revisar el etiquetado nutricional de estos productos, porque el exceso de azúcar y sal es muy perjudicial para nuestra salud. Hay que estar atento sobre todo en productos como los batidos de cacao bajos en grasa (tienen menos grasa, pero les añaden más azúcar), las patatas fritas (suelen incluir una mayor cantidad de sodio)… Os animamos a leer nuestro post Patatas fritas y snacks con menos sal, en el que os hablábamos del convenio entre el Gobierno y la Asociación de Fabricantes de Aperitivos para reducir el contenido medio de sal en patatas fritas y snacks en los próximos años.
  • Alerta con los alimentos disfrazados de ligeros. Las barritas de cereales pueden parecernos snacks ligeros, pero en realidad la mayoría suelen ser bastante calóricas, están hechas de harinas refinadas y contienen mucho azúcar. Otro ejemplo son las galletas saladas tipo crackers, que en este caso suelen ser altas en sodio.
  • Mejor, las bebidas naturales. El o el café, preparados de forma natural y consumidos solos, tienen ninguna o poquísimas calorías y muchos beneficios. No obstante, las bebidas envasadas a base de té y café suelen contener muchos azúcares y ser muy calóricas. En el caso de las bebidas de té, muchas veces el packaging y su ubicación en el supermercado nos pueden hacer pensar que se tratan de bebidas saludables, cuando en realidad algunas de ellas se parecen más bien a un refresco y deberíamos consumirlas tan solo de forma ocasional. Aunque esto no pase con todas las bebidas de té, si os gustan este tipo de bebidas, mejor revisar la información nutricional antes de añadirlas al carrito. Respecto a los zumos envasados, además del azúcar propio de las frutas, suelen añadirles azúcares procesados, por lo que también pueden acabar aportándonos la misma cantidad que los refrescos. El problema es que al contener ‘fruta’, inconscientemente tendemos a asociarlo con algo saludable.
  • Vigilad las grasas transLas grasas trans o ácidos grasos trans son las ‘grasas malas‘ por excelencia, porque no tienen ningún beneficio para la salud y sí muchos perjuicios. Os lo explicamos más en detalle en este post sobre los tipos de grasas. El problema es que actualmente, en España, los fabricantes no están obligados a mostrar en la etiqueta de los alimentos la cantidad de grasas trans que contiene el mismo y quedan integradas dentro del porcentaje de grasas saturadas. Asimismo, cuidado, porque muchas de estas grasas se esconden en los ingredientes bajo el nombre de aceites o grasas vegetales hidrogenadas y, al ver la palabra ‘vegetales’, podemos pensar que se trata de algo saludable. Pero no es así. Este tipo de grasas se encuentran en la mayoría de productos de pastelería industrial (galletas, magdalenas…), bollería, snacks, palomitas para el microondas, platos precocinados, congelados, cremas de cacao o cacahuete… Es decir, alimentos que deberíamos evitar o limitar a ocasiones muy puntuales.

 

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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