Como ya os he contado alguna vez, nunca me ha entusiasmado demasiado la carne. Lo cierto es que consumo muy poca y desde hace un tiempo casi han desaparecido de mi dispensa alimentos como los embutidos, los patés y el foie, que antes me encantaban. Los sigo comiendo (y me continúan gustando), pero solo los tomo si desayuno fuera o me apetece probarlos en algún bar o restaurante.
En mi caso, este cambio de hábitos se debe a muchos factores (mi intento por llevar una alimentación más saludable, pasar tiempo en Estados Unidos, donde el buen embutido es un lujo, conocer opciones de desayuno diferentes, etc.) que han hecho que hoy en día siga una alimentación en la que predominan los vegetales y las frutas y donde la carne y sus derivados tienen una presencia muy escasa.
También debo decir que en los últimos años, a través de diferentes vías, he sido consciente de las condiciones lamentables en las que viven muchos animales destinados al consumo humano. Y esto, quieras o no, te remueve de algún modo. A lo pronto, ha hecho que me informe de ganaderías que apuestan por una crianza natural y respetuosa de sus animales e intento (en la medida de lo posible) optar por este tipo de productos cuando consumo carne.
Sin embargo, debo admitir que algunos de mis platos preferidos siguen teniendo un origen animal, como es el caso de los huevos, el pescado o el marisco. En estos casos, la verdad es que no soy tan sensible al dolor de estos animales (quizás por la proximidad como mamíferos o por el contacto que he tenido con ellos, pero lo cierto es que me conmueve más el sufrimiento de una vaca, un cerdo o un conejo que el de un pollo, una merluza o una langosta), pero también me gustaría que las explotaciones avícolas pudieran ofrecer unas mejores condiciones de vida a sus gallinas y, siendo sinceros, no puedo comer gambas o cigalas (ni mucho menos cocinarlas), si previamente las he visto moviéndose en el mercado o, peor, en la nevera.
Lo que sí hago es, por ejemplo, elegir siempre los huevos de categoría 1, que significa que proceden de gallinas camperas y no de jaula, escoger la leche de granjas cercanas en las que se garantiza el bienestar animal y comprar el pescado y el marisco a pescadores de la zona que optan por la pesca sostenible. En Barcelona esto es posible, siempre que estés dispuesto a pagar un poco más.
A pesar de todo, lo cierto es que nunca me he planteado hacerme vegetariana, ni mucho menos vegana, aunque no quiero decir ‘de esta agua no beberé‘. Asimismo, no puedo negar que siento simpatía por el movimiento veggie, porque me hacen cuestionar algunos comportamientos y creencias e interesarme por otros estilos de vida. Y, sobre todo, agradezco su labor a la hora de dar visibilidad a los abusos en algunas explotaciones ganaderas.
Lo cierto, además, es que el mundo veggie está en alza. En los últimos cinco años el número de negocios vegetarianos o veganos se ha duplicado en España, alcanzando casi los 800 establecimientos. Estos son datos del informe The Green Revolution de la consultora de innovación Lantern (dedicaremos próximamente un post para comentar los resultados de este interesante estudio), que también señala que el 7,8% de la población residente en España mayor de 18 anos es veggie, es decir, mantiene dietas vegetales (vegetarianas y veganas) o con preferencia por los productos vegetales (flexitarianas).
Para poder conocer las últimas tendencias sobre el movimiento vegetariano y vegano, como blog de alimentación y salud, desde Sanitum tuvimos la oportunidad de asistir a la VeggieWorld, la feria del estilo de vida vegano más grande y antigua de Europa, que se celebró a principios de abril en La Cúpula del centro comercial Arenas de Barcelona (un emplazamiento significativo, teniendo en cuenta que se trata de una antigua plaza de toros) en la que fue su primera edición en España. Cabe recordar que Barcelona es la primera ciudad en declararse veg-friendly de todo el mundo.
En esta feria, los profesionales del sector y el público en general pudieron descubrir numerosos productos veganos de alimentación, moda y cosmética, además de disfrutar de un programa de conferencias relacionados con el veganismo como la salud, el deporte, los derechos de los animales o el medio ambiente, así como showcookings de cocina en los que degustar y aprender a cocinar platos sin ingredientes de origen animal.
La feria es iniciativa de ProVeg, una nueva organización internacional vegana para la conciencia alimentaria, y consiguió reunir en VeggieWorld a unos 70 stands de empresas nacionales y extranjeras 100% veganas.
Cabe recordar que el veganismo es un estilo de vida que apuesta por una alimentación que elimina completamente la carne, el pescado, los lácteos, los huevos y la miel y que rechaza la compra o el consumo de cualquier producto de origen animal como el cuero, las pieles, la seda o las plumas. Asimismo, las personas veganas buscan que sus productos de higiene y belleza no contengan ingredientes de origen animal y que no hayan sido testados en ellos ni fomenten su maltrato.
De todas las marcas que descubrí en VeggieWorld, las que más me sorprendieron fueron los cosméticos veganos Lamazuna y el pienso natural para animales VeggieAnimals.
Lamazuna es una marca francesa que comercializa cosmética vegana de ingredientes 100% naturales y que tiene como objetivo generar los menos residuos posibles. De ahí que, entre sus productos, podamos encontrar cosméticos sólidos (champús, dentífricos, cacaos o desodorantes), cepillos de dientes en los que puedes reemplazar sus cerdas o discos desmaquillantes lavables. En España sus productos se distribuyen a través de Greenmood Bazaar.
En el caso de VeggieAnimals, se trata de una marca con sede en Barcelona, especializada en alimentación y premios 100% vegetales para perros y gatos. Sus piensos veganos, desarrollados a través de años de investigación por veterinarios, son un alimento sano y equilibrado para nuestras mascotas, elaborado de forma artesanal y que actúa como preventivo natural de numerosas enfermedades, alergias y afecciones sin necesidad de añadir toxinas, medicamentos, químicos, hormonas y/u otros aditivos sintéticos habituales en algunos piensos para perros y gatos. Yo ya he pedido una muestra gratuita para mi gata a través de su página web.
A pesar de que los gatos son animales carnívoros, los creadores de VeggieAnimals dicen que pueden alimentarse perfectamente con sus piensos, porque contienen todos los nutrientes que estos necesitan. No obstante, en el caso de los mininos se debe seguir un proceso de adecuación de su paladar y su organismo al pienso vegetal que dura aproximadamente un mes y en el que se debe combinar VeggieAnimals con su alimento habitual. En el caso de los perros, este periodo puede ser de 3 a 5 días.
En la feria VeggieWorld también descubrí la marca Dr. Goerg, que comercializa todo tipo de productos a base de coco procedente de cultivos biológicos controlados y que se caracteriza por prensar los cocos en frío inmediatamente después de la cosecha. Esto es importante porque, de este modo, tan solo transcurren un máximo de 72 horas desde la recolección del fruto hasta obtener los productos finales y, en consecuencia, no se pierden ninguna de las propiedades saludables del coco.
Su producto estrella es el Aceite de Coco Virgen Extra Bio Premium, con casi un 60% de ácido láurico y un alto contenido en vitamina E, pero también comercializan cocos frescos para beber, así como pulpa, leche, sirope, azúcar, harina y agua de coco. Para los que nos gusta añadir el coco en yogures, postres o batidos, también cuentan con coco rallado grueso y fino y láminas de coco crujientes. De todos sus productos, los que más me sorprendieron fueron su aceite de coco para animales, que desde Dr. Goerg aseguran que actúa como protección natural contra las garrapatas e insectos propios de los animales domésticos y también contra la mosca negra y los trombicúlidos (un tipo de ácaros) de los caballos; así com su carbón de coco para barbacoas y ahumados que arde 4 veces más que otros carbones, no contiene azufre, mantiene el humo-aroma original y no produce chispas durante la combustión.
De la marca SaludViva, de Alicante, pude probar una de sus novedades, el Sirope de Chai Masala. Lo cierto es que el sabor me gustó mucho y lo mejor es que ya viene listo para tomar. Solo hay que mezclarlo con alguna leche vegetal, al igual que sus nuevos preparados de Latte. Desde SaludViva se encargan de distribuir materias primas de alimentación vegana y preferiblemente, crudas, como los denominados súperalimentos, hierbas, frutos secos, semillas, cremas para untar, frutas en polvo o bayas. En su catálogo de productos podréis encontrar alimentos tan exóticos como aceite de piñón de cedro, azúcar de arenga, murasaki-imo, pulpa de baobab, ashwaganda, fo-ti o mangostán, pero también otros cada vez más populares como açai, bayas de goji, cacao, kale, maca, té matcha o semillas de chía.
También tenía un stand la marca ecomil, de Múrcia, presentando sus bebidas vegetales de almendras, coco, coco y almendras, avellanas, cáñamo, sésamo o quinoa. Los más deportistas, podían encontrar en beVegan batidos veganos, a base de proteína vegetal, así como preparados para antes y después del entrenamiento, su nuevo Protein Mix plant-based y sus barritas proteicas.
Una de las marcas que llamó mi atención fue Veer, de Segovia, que comercializa cervezas artesanas a base de ingredientes 100% naturales y ecológicos en cuyo cultivo no se han utilizado pesticidas, herbicidas ni abonos de síntesis química. Yo daba por hecho que las cervezas eran veganas de por sí, pero los responsables de Veer me contaron que muchos de los fabricantes incluyen ingredientes de origen animal como gelatina, miel o lactosa.
También en VeggieWorld estuvo presente la marca de tés Yogi Tea. En este caso, sí que conocía la compañía y, de hecho, soy fan de su té de jengibre y limón, rooibos, matcha limón, lima menta y buenos sueños.
A nivel de servicios, descubrí Vegaffinity, una tienda online donde comprar productos de alimentación vegana y vegetariana, pero también suplementos alimenticios y cosmética natural. Asimismo, desde Vegaffinity cuentan con un servicio para restaurantes a través del cual ayudan a estos establecimientos a servir platos vegetarianos y/o veganos al poner a su disposición un equipo de nutricionistas y chef.
También me sorprendió saber que ya existen cruceros veganos en los que, obviamente, solo se sirve cocina vegana. Los organiza la empresa Vegan Travel y cuentan con diferentes itinerarios.
Como decíamos, la VeggieWorld estuvo organizada por ProVeg, organización que se ha impuesto como misión reducir el consumo de animales en un 50% hasta el año 2040. Según ProVeg, hay cinco buenas razones para seguir un estilo de vida vegano:
1- Los animales: Evitar el dolor y el sufrimiento al que son sometidos en granjas y mataderos.
2- La justicia: Alimentar a una creciente población mundial a través de una distribución más equitativa de los recursos.
3- El medio ambiente: Reducir el avance del cambio climático y así proteger el planeta mediante un cambio en la alimentación.
4- La salud: Mejorar la salud de las personas y reducir los afectados por enfermedades causadas por estilos de vida no saludables.
5- Llevar una buena vida: El estilo de vida vegano es fácil y ventajoso.
Al menos para mí, la motivación principal para plantearme seguir una dieta vegetariana o vegana sería no participar en el dolor y el sufrimiento de los animales. Aunque, como os comentaba, hoy en día mi postura es la de optar por una dieta en la que haya un consumo mayoritario de productos vegetales y en la que trato de trazar la procedencia de los alimentos de origen animal para asegurarme que vienen de explotaciones en los que se lleva a cabo una crianza respetuosa y se garantiza en bienestar de los animales a lo largo de su vida hasta que son sacrificados.
Pero los demás argumentos también son lo suficientemente importantes para invitarnos a reflexionar. ¿No os parece?
