Siendo sincera, no suelo comprar fruta ni verdura orgánica en mi día a día. Únicamente cuando encuentro a buen precio frutos rojos (fresas, frambuesas, moras, etc.), así como frutas o verduras que vamos a comer con la piel. Si no, en mi día a día opto por lavarlas bien con agua y, en función de cuál se trate, pelarlas después.
Lo cierto es que, por lo general, la diferencia de precio entre las frutas y verduras orgánicas y las convencionales suele ser muy notable, al menos aquí en Estados Unidos. Además, hay mucha controversia acerca de los verdaderos riesgos para la salud de los pesticidas que podemos encontrar en estos alimentos.
En ese sentido, por ejemplo, muchos expertos opinan que los pesticidas en frutas y verduras que estas puedan contener representan un mínimo o nulo peligro para nuestro organismo, por lo que como consumidores no deberíamos preocuparnos por ello. Aún así, esperamos poder hacer pronto aquí, en este blog de alimentación sana y salud, Sanitum, un post más completo hablando sobre este tema.
En cualquier caso, es fundamental saber cómo lavar las frutas y las verduras de forma adecuada no solo para reducir la presencia de estos posibles pesticidas, sino sobre todo de la suciedad (polvo, tierra, etc.) y los gérmenes que podrían causarnos alguna enfermedad. Sobre todo, a la hora de comerlas crudas. Por ejemplo, la famosa bacteria E. coli.
En primer lugar, debemos saber que podemos remojar las frutas y las verduras en un recipiente con agua y enjuagarlas después, pero que lavarlas directamente bajo el agua corriente es suficiente y más eficaz a la hora de eliminar los residuos superficiales. Es decir, no vale con dejarlas en agua y simplemente escurrirlas antes de comerlas.
A mí, personalmente, me gusta hacer los dos pasos. Es decir, primero las dejo en remojo en una mezcla de agua y vinagre – el cual parece disminuir la presencia de microorganismos en estos alimentos – y, posteriormente, las enjuago bien bajo el grifo. Sobre todo, en el caso de las verduras y hortalizas que vamos a comer crudas y con piel. Para las frutas, suelo ser más práctica y, como generalmente las voy a pelar, simplemente las paso por debajo del agua y las froto bien.
Otra cosa importante que aprendí hace tiempo de parte de expertos en seguridad alimentaria y que ya compartimos aquí en este post trata sobre cómo organizar la nevera es que no se debe lavar toda la fruta y la verdura nada más llegar a casa, sino que es mejor hacerlo inmediatamente antes de comerlas o cocinarlas.
Esto debería ser así porque, a pesar de que pueda resultar más práctico tener la fruta y la verdura ya limpia y preparada, la humedad que podemos crear es un medio muy propicio para la propagación de gérmenes.
Aun así, si vais siempre con el tiempo muy justo y, por vuestra planificación semanal, os resulta más práctico dejarlo ya todo listo para comer, es muy importante asegurarse de secar bien las frutas y verduras y conservarlas en bolsas limpias o recipientes que cierren bien.
También, que es conveniente limpiar los vegetales, las hortalizas y las frutas con un cepillo de cerdas firmes, sobre todo si no las vamos a pelar. En el caso de frutas suaves, simplemente habría que frotarlas con cuidado con las manos. Sin embargo, cabe tener en cuenta que los residuos de pesticidas se ‘pegan’ mejor a las frutas que tienen cáscaras cerosas o suaves. Por ejemplo, las manzanas, las cerezas o los albaricoques.
Por lo que respecta a los vegetales de hoja verde, como las acelgas, la lechuga o la col, otra buena recomendación sería retirar las hojas externas.
Si bien echar ‘unas gotas de lejía’ en el agua en remojo es un método tradicional para lavar los vegetales, no está aconsejado porque los componentes de este desinfectante podrían ser atrapados o absorbidos por los poros de las frutas y las verduras. Lo mismo sucedería con los jabones para lavar platos, que algunas personas consideran conveniente utilizar al ser ‘antimicrobianos’.
Así pues, al final estaríamos añadiendo otros residuos a estos alimentos que, además, sí podrían causar efectos nocivos en nuestra salud.
Finalmente, por lo que respecta a los jabones o detergentes que han sido diseñados específicamente para eliminar la suciedad o los residuos en frutas y verduras, hasta el momento tampoco se ha comprobado que sean más eficaces que el agua por si sola.
Si a pesar de todo lo dicho os siguen preocupando los niveles de pesticidas en los alimentos y no podéis optar siempre por frutas y verduras orgánicas, hay un producto muy asequible que nos permitirá acabar con un alto porcentaje de estos residuos. Además, es probable que ya lo tengáis en casa.
¿Imagináis de cuál se trata? Pues bien, de nada más ni nada menos que el bicarbonato de sodio. Al menos, así lo apunta este estudio de la Universidad de Massachusetts.
Concretamente, gracias a esta investigación los científicos determinaron que añadir bicarbonato de sodio al agua ayuda a acabar de forma eficaz con los pesticidas de frutas y verduras. Para comprobarlo, añadieron dos de los pesticidas más utilizados en unas manzanas de la variedad Royal Gala. A continuación, las lavaron durante dos minutos con agua y bicarbonato. ¿El resultado? La mezcla consiguió eliminar el 80% de un tipo de pesticida y el 96% del otro en 12-15 minutos.
En el caso de que os siga preocupando el tema de los pesticidas y vuestra compra de frutas y verduras no pueda ser 100% orgánica, siempre es mejor priorizar aquellas que tengan más probabilidades de contener mayores residuos de estas sustancias. En este sentido, la organización Environmental Working Group (EWG) elabora anualmente una lista de los doce vegetales con más probabilidades de contener estos residuos. Es un estudio que se hace en base a datos del ‘Programa sobre Pesticidas‘ del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, pero puede serviros de referencia. Se trata de los conocidos como los Dirty Dozen o, lo que sería lo mismo ‘la ‘docena sucia’.
Los dirty dozen de este año han sido, en este orden, las fresas, las espinacas, las nectarinas, las manzanas, las uvas, los melocotones, las cerezas, las peras, los tomates, el apio, las patatas y los pimientos.
Al mismo tiempo, EWG también hace una lista con los vegetales que tienen un menor riesgo de contener pesticidas: los Clean Fifteen. Este 2018 conforman la lista el aguacate, el maíz, la piña, la col, la cebolla, los guisantes, la papaya, los espárragos, el mango, la berenjena, el melón, la coliflor y el brócoli.