Seguro que habéis oido hablar del kale, una variedad de la col rizada o la berza de toda la vida. En realidad, hasta hace relativamente poco, no era un alimento popular ni que se consumiera demasiado, sino que las hojas de kale se utilizaban principalmente en los restaurantes con fines decorativos.
Fue en 2012 cuando celebrities y food bloggers, sobre todo en Estados Unidos, consiguieron popularizar a este vegetal de hojas verdes y adquirió la categoría de ‘superalimento‘. Años más tarde, podemos encontrar fácilmente a esta variedad de col rizada en el supermercado e incluso hay snacks saludables que tienen a este alimento como ingrediente principal.
Lo cierto es que el kale es, al igual que el brócoli, la coliflor, la col, las coles de bruselas o la col china (boy choy) es una verdura crucífera, y como ya comentamos aquí en Sanitum, se ha asociado el consumo habitual de estos vegetales a un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cánceres. De ahí, en parte, su popularidad como ‘superalimento’.
A nivel nutricional, la berza es muy interesante al ser rica en vitamina K, vitamina C, vitamina A, carotenoides, vitamina B6, folato, magnesio y fibra, entre otros nutrientes. Sin embargo, estos también los podemos encontrar en los demás vegetales que hemos mencionado y, lo cierto es, a un precio mucho más bajo.
Si os soy sincera, tuve mi momento ‘kale‘ hará unos dos años. Pero la verdad es que desde hace mucho tiempo no lo compro de forma habitual. No por nada, al contrario, ya hemos visto que sí se trata de un alimento saludable y, por tanto, es interesante incorporarlo a la dieta. Pero hay otras verduras de hojas verdes con las que comparte beneficios que me gustan más y son mucho más económicas. Así pues, la reservo para recetas concretas.
Según explica la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, las propiedades saludables de la col rizada se basan en un grupo de sustancias presentes en las verduras crucíferas llamadas glucosinolatos, que son componentes químicos con azufre. Pues bien, resulta que al masticar, cortar o cocinar, estos glucosinolatos de las verduras crucíferas dan lugar a unos compuestos biológicos que serian los responsables de sus efectos preventivos frente al cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Si aún no habéis probado esta variedad de berza, debéis saber que hay muchas formas de consumirla: cruda (mi preferida), hervida, al vapor, salteada, en batidos verdes…
Eso sí, si la vais a utilizar en ensalada, os recomiendo ‘masajear’ bien las hojas con aceite de oliva durante uno o dos minutos o bien escaldarlas con agua hirviendo. Así conseguiréis que queden más suaves y que sean más fáciles de masticar.
¿Vosotr@s consumís kale de forma habitual? ¿Qué opináis de toda la moda de los ‘superalimentos’?
