¿Somos cada vez más infértiles?

causas infertilidad

Hay expertos del ámbito de la salud que aseguran que la infertilidad será una de las epidemias de este siglo y que los especialistas en reproducción asistida se convertirán en uno de los médicos más demandados en las próximas décadas.

Afirmaciones como estas pueden resultar alarmantes y nos hacen preguntarnos si realmente somos cada vez más infértiles y por ello nos cuesta más conseguir el embarazo respecto a nuestros padres, abuelos o bisabuelos.

Según los expertos de Clínicas Eva, la respuesta podría ser ‘sí’. O al menos, son cada vez más las parejas que acuden al especialista tras un año tratando de tener un hijo de manera natural sin éxito. A esta situación se le denomina infertilidad o esterilidad primaria y, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, en España la sufren unas nuevas 16.000 parejas cada año.

Las causas de la infertilidad son diversas y algunas siguen teniendo un origen desconocido. En lo que sí se ha avanzado es en el descubrimiento de cómo influyen los estilos de vida en la fertilidad y en el conocimiento de que los problemas no son mayoritariamente de índole femenino.

Actualmente, según datos de Clínicas Eva, las alteraciones del semen son el diagnóstico fundamental en alrededor de un 25-30% de los casos de esterilidad, pero hay otro 15-20% donde también pueden jugar algún papel. Aquí en Sanitum ya abordamos algunos datos sobre la fertilidad masculina que os animamos a leer. Por lo que respecta a las mujeres, hay condiciones que dificultan la gestación en aproximadamente un 20% de los casos.

En cuanto a la calidad del semen, se cree que factores como la exposición laboral continuada a químicos, el tabaquismo, el sedentarismo o el consumo de alcohol pueden afectar negativamente.

Si hablamos de las causas de infertilidad femenina, la endometriosis (una enfermedad sobre la que se ha tardado en reconocer el impacto que produce en la vida de la mujer) se perfila como tercera causa original del problema. Según la OMS, cerca de la mitad de quienes la padecen no pueden quedarse embarazadas de forma natural.

Otro factor que se estudia en los análisis iniciales para indagar en las causas que impiden concebir a la mujer de forma espontánea es la tiroides, la glándula que se encuentra en el cuello y cuya función es regular el metabolismo femenino. Esta glándula no solo juega un papel fundamental en la función reproductora, sino que el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, si no son tratados, pueden afectar tanto a la fertilidad como al desarrollo del feto, aumentando el riesgo de padecer aborto espontáneo. La buena noticia es que ambos se pueden regular con medicación y control del nivel hormonal.

Aunque pueda sorprendernos, la forma o el tamaño del pene también pueden jugar en contra de las posibilidades de concebir. Por ello se anima a los hombres a consultar con un especialista, si consideran que este no encaja en los parámetros de normalidad.

En cuanto a las posibles soluciones, los TRA, tratamientos de reproducción asistida, hay que recordar que la edad de la mujer y, por tanto, la calidad de sus ovocitos, es el principal factor que limita los resultados de estas técnicas. Es decir, a veces hay que recurrir a óvulos de donante porque la mujer ha llegado a una edad en la que la calidad reproductiva de sus óvulos es mínima o nula.

En este sentido, es importante insistir en que la congelación de óvulos es el tratamiento adecuado para prevenir este problema, pero, precisamente para evitar también el envejecimiento del material genético, esta debe realizarse preferiblemente en la edad fértil de la mujer. Es decir, por lo general, antes de los 35 años, ya que en este momento comienzan a decrecer las posibilidades de embarazo natural.

Por el contrario, el semen no pierde capacidad reproductiva con el paso del tiempo, pero sí se sabe ya que la paternidad tardía puede conllevar problemas de salud para el bebé y está asociada a factores de riesgo como la esquizofrenia o el autismo. La posibilidad que ofrece la reproducción asistida es similar a la del punto anterior: la criopreservación de semen.

Respecto a cómo se enfrentan hombres y mujeres a un diagnóstico de infertilidad, los psicólogos de este campo aseguran que unos y otros lo hacen de diferente forma. Así pues, la ansiedad por el bebé que no llega se vive de manera más intensa en la mujer que en el hombre. Ellas, sin embargo, aceptan de manera más natural el diagnóstico que ellos, a quienes les cuesta un poco más asumirlo.

A modo de conclusión, es importante recordar que tanto la infertilidad masculina como la femenina se pueden diagnosticar y, en algunos casos, incluso prevenir. Esto es clave sobre todo en el caso de las mujeres. Por esta razón, si os acercáis a los 35 años y tenéis claro que queréis ser mamás, pero aun no habéis encontrado el momento (por los motivos que sea), es aconsejable que lo comentéis con vuestro ginecólogo para que pueda haceros un estudio de fertilidad básico para que, con la información que os darán, podáis tomar la decisión más acertada.

 

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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