La primera vez que oí a alguien comentar que comía algas habitualmente (de esto hace ya muchos años, cuando aun no se había popularizado su consumo ni se había producido el boom de los restaurantes de cocina japonesa) fue en un centro de estética. La esteticista explicaba a sus clientas qué otras fuentes de calcio alternativas a los lácteos existían. Yo, que nunca he sido muy entusiasta de la leche y sus derivados (tan solo por una cuestión de gustos), en ese momento arrugué la nariz y pensé que seguiría con mis yogures y quesos para obtener las dosis recomendadas de calcio. Poco después, sucumbí a la cocina japonesa (ahora, una de mis preferidas) y comer algas se convirtió también para mí en algo más o menos ‘normal’.
Hace unos días recibí una nota de prensa del Instituto Macrobiótico de España (IME) hablando sobre los diferentes tipos de algas marinas comestibles (hay muchas más aparte del alga nori, que es la que se utiliza para el sushi) y me pareció interesante compartirlo en este blog de alimentación y vida sana.
Entre los principales beneficios de las algas para la salud, destaca el hecho de ser un alimento muy rico en minerales, así como su contenido en sustancias como el ácido algínico, que ayuda a eliminar los metales pesados del cuerpo, y el ácido glutámico, un regulador natural del apetito.
Entre las algas comestibles, el IME destaca las siguientes como aquellas más consumidos y recomendables:
1) Wakame. Se trata de un alga de color verde y sabor suave y es rica en calcio, hierro y vitamina B. Las algas wakame pueden tomarse cocinadas o crudas y son las más utilizadas en la elaboración de la sopa de miso. La recomendación del IME es dejarlas en remojo con un poco de jengibre rallado, unas gotas de salsa de soja y vinagre de arroz y tomarlas como acompañamiento de nuestros platos.
2) Kombu. Es el alga más rica en yodo. El alga kombu contiene los mencionados ácido algínico y ácido glutámico. Este último ablanda la fibra de las legumbres, las hace más digestivas y evita los gases intestinales que estas pueden provocar.
3) Nori. Estas algas son probablemente las más conocidas en Occidente, porque son las que se utilizan para elaborar sushi. El alga nori contiene gran cantidad de vitamina A, vitamina B12, proteínas, calcio, hierro y potasio, entre otros nutrientes. Más allá de tomarlas en los makis, las láminas se pueden tostar hasta que su color sea verde brillante y luego añadirlas troceadas en guisos con verduras, arroces o sopas.
4) Arame. Este tipo de alga es muy rica en hierro y calcio. Por su bajo contenido en sodio, el alga arame es perfecta para personas mayores y niños, así como para quienes deben cuidar especialmente su salud cardiovascular. Para poder comerlas, hay que dejarlas en remojo durante unos 10-15 min. Pasado este tiempo, ya están listas para acompañar ensaladas. También pueden cocerse en guisos.
5) Hiziki. Contienen una gran cantidad de calcio biodisponible y hierro. Las algas hiziki son, además, ricas en vitamina A y vitaminas del grupo B.
6) Agar-agar. Según los expertos del IME, este tipo de alga es muy útil para mejorar la salud intestinal y el estado de las articulaciones, así como en dietas de adelgazamiento, porque dan sensación de saciedad. Por su sabor neutro y su textura, el alga agar-agar se utiliza como alternativa vegetal a la gelatina.
Como os comentaba, creo que las únicas algas que como son las wakame y las nori, y tan solo cuando voy a un restaurante de cocina japonesa. Respecto al resto, diría que no las he probado nunca. O al menos no lo recuerdo.
Si os soy sincera, las algas no son un alimento que me llamé mucho la atención, a pesar de todos sus beneficios para la salud. Pero soy muy curiosa y me animo a probarlo todo, así que no descarto introducir alguna de ellas en mis próximas recetas. Además, cada vez es más fácil encontrar algas comestibles en las diferentes tiendas de comida saludable y herboristerías.
Las algas que sí tomo habitualmente son el alga chlorella y el alga espirulina en forma de suplemento nutricional. Lo hago porque así me lo han recomendado en diferentes ocasiones médicos por su aporte nutricional y su poder antioxidante y detoxificante. En concreto, al alga espriulina (o alga spirulina) se le atribuye una gran capacidad para absorber los metales pesados que consumimos a través de los alimentos (por ejemplo, con los pescados de mayor tamaño).
Según mi opinión, es más cómodo tomarl el alga chlorella y la espirulina en comprimidos, pero también las venden en polvo para añadir a zumos o batidos. Eso sí, siempre antes de tomar cualquier suplemento por vuestra cuenta, comentadlo con vuestro médico o farmacéutico y aseguraos de consumirlo en las cantidades adecuadas y durante el periodo de tiempo recomendable.
¿Vosotros coméis algas de forma habitual? ¿Cuáles son vuestras favoritas?
