La suplementación puede ser una gran aliada para hacer frente a los múltiples síntomas derivados de la menopausia. Hoy nos acercaremos a las cuatro principales deficiencias que se dan durante esta etapa. No obstante, cabe señalar que la suplementación no sustituye a una dieta equilibrada. Debe servir como complemento a la misma.
MAGNESIO
El magnesio se recomienda para favorecer el buen mantenimiento de las funciones principales del cuerpo. Las mujeres lo necesitan para afrontar los cambios hormonales que se experimentan en la menopausia. Un cuerpo con déficit de magnesio causa una amplia variedad de síntomas, como por ejemplo los dolores de cabeza, el insomnio, la ansiedad, … Es por ello recomendable tomar un suplemento de magnesio para asegurarnos las cantidades mínimas.
POTASIO
La deficiencia de potasio se le conoce por su nombre técnico de hipocalemia. Esta se produce en una serie de situaciones en cadena. Primero los sudores nocturnos dan lugar a una pérdida de fluidos, y a continuación el cuerpo, frente a este síntoma, ve reducida de forma considerable el mantenimiento del equilibrio adecuado de nutrientes, entre ellos el potasio.
El potasio, como todo buen electrolito, se encarga de conducir la electricidad en nuestras células, o lo que es lo mismo, los impulsos nerviosos. Y finalmente cabe destacar que la deficiencia de potasio produce un desequilibrio general que afecta tanto a la digestión como a la presión arterial.
También algunas fuentes alertan sobre el aumento del riesgo de ictus durante la menopausia. Este factor puede reducirse con el consumo adecuado de potasio en nuestra dieta o a través de la suplementación.
OMEGA 3
Los ácidos grasos Omega 3 se vuelven muy importantes durante la menopausia ya que disminuyen el riesgo cardiovascular, controlando los síntomas vasomotores y regulando los psicológicos, entre otras muchas cosas. La principal fuente de Omega 3 la encontramos en los pescados y mariscos, pero también se puede completar mediante la suplementación.
El Omega 3 aporta las siguientes acciones beneficiosas en el cuerpo de la mujer:
- Tratamiento de los sofocos y síntomas vasomotores.
- Protección cardiovascular.
- Regulación de las funciones del hígado.
- Mejoría de la función cerebral.
- Regulación de la inflamación de las articulaciones.
- Hidratación y elasticidad de la piel.
VITAMINA D
Por último, y no por ello menos importante, la vitamina D aparece siempre en las listas de las vitaminas muy a tener en cuenta durante la menopausia. Esta es esencial para la absorción del calcio y para favorecer el proceso de calcificación del hueso.
El estrógeno, una hormona producida por el cuerpo que ayuda a desarrollar y mantener las características sexuales femeninas y el crecimiento de los huesos más largos, se pierde de forma exponencial durante la menopausia. Dicha hormona ayuda a que el cuerpo absorba el calcio de los alimentos de forma correcta.
La carencia de vitamina D se traduce en una pérdida de densidad ósea, dando lugar a numerosos problemas subyacentes como la osteoporosis y una mayor propensión a las fracturas. En el mercado hay disponible una amplia variedad de suplementos vitamínicos.