Riesgos de los ftalatos en el embarazo

ftalatos en los cosmeticos

Muchas veces centramos principalmente nuestros esfuerzos por llevar una vida sana en la alimentación y el ejercicio físico, olvidando que descansar correctamente y un estado emocional estable son también pilares fundamentales para gozar de una buena salud. Evidentemente, no seremos nosotras quien restemos importancia al hecho de elegir bien los alimentos que consumimos y damos a nuestra familia. Todo lo contrario. Des de este blog de salud, justamente intentamos recoger aquellos consejos o trucos que nos funcionan para seguir una dieta equilibrada. Lo mismo con el deporte, el sueño y el bienestar mental. El problema es que muchas veces olvidamos (yo la primera) que cuidar otras partes de nuestro cuerpo es igualmente importante y tiene un impacto directo en nuestro bienestar. Una mala salud bucal, por ejemplo, está relacionada con diferentes enfermedades, mientras que a través de nuestra piel (también el cabello y las uñas), podemos dañar a nuestro organismo.

En Sanitum ya os hemos hablando alguna vez de los llamados disruptores endocrinos en los cosméticos. También os hemos comentado que no nos gusta alarmar, pero que siempre estamos atentas a las informaciones de las principales instituciones científicas sobre nuevos estudios e investigaciones que confirmen o desmientan algunas hipótesis sobre los perjuicios de ciertas sustancias.

Pues bien, ahora la Universidad de Harvard, a través de su Facultad de Salud Pública, ha publicado un artículo en el que apunta  que la exposición a los ftalatos durante el embarazo podría aumentar el riesgo de aborto y las posibilidades de desarrollar diabetes gestacional. Y una de las principales formas de entrar en contacto con estas sustancias es precisamente a través de los cosméticos que usamos a diario.

De hecho, ya hace tiempo que en un reportaje sobre los cuidados de la piel durante el embarazo una de las ginecólogas a quien entrevisté me comentó que los ftalatos, al igual que los aceites esenciales, los retinoides, el mercurio o los parabenos eran ingredientes a evitar en los cosméticos durante la gestación, porque podrían ser tóxicos para el feto. También es verdad que en los últimos años se han realizado diferentes investigaciones cuyos resultados ya advertían que los ftalatos podrían producir daños en el sistema reproductivo.

Pero, ¿qué son los ftalatos? Son sustancias que se emplean como disolventes y para fijar el color, por lo que pueden encontrarse sobre todo en perfumes, esmaltes de uñas y lacas del pelo, pero también pueden estar presentes en los plásticos de los alimentos envasados e incluso en nuestra cortina de la ducha o los cables de los auriculares, ya que también se utilizan para que los plásticos sean flexibles y duraderos.

Este comunicado de la Universidad de Harvard se basa en dos nuevos estudios. El primero, como decíamos, ha investigado cómo estos disruptores hormonales podrían influir en los abortos espontáneos (cerca del 31% de los embarazos acaba en aborto, aunque estos datos se deben abordar teniendo en cuenta que este riesgo puede deberse a a múltiples factores); mientras que el segundo ha examinado qué influencia podrían tener los ftalatos en el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, una alteración cuya incidencia se ha triplicado en las últimas dos décadas.

Los resultados del primer estudio mostraron que aquellas mujeres con una mayor concentración de un tipo de ftalatos en la orina tenían un 60% más de posibilidades de perder a su bebé en las primeras semanas de gestación, en comparación con aquellas con concentraciones menores.

El segundo estudio, por su parte, evidenció que aquellas mujeres con mayor presencia de otro tipo de ftalato en la orina tenían más tendencia a engordar de forma excesiva durante el embarazo y a tener los niveles de glucosa en sangre más elevados, dos factores que contribuyen al desarrollo de diabetes gestacional. Además de las posibles complicaciones que esto puede causar, hay que tener el cuenta que aproximadamente el 50% de las mujeres con diabetes gestacional acaba sufriendo diabetes tipo 2 en los años siguientes al embarazo.

Aunque sean necesarios más estudios para poder determinar realmente el impacto de los ftalatos en la salud reproductiva de la mujer y el embarazo, ambas investigaciones plantean la duda de si una menor exposición a estas sustancias reduciría el riesgo de aborto y de diabetes gestacional.

La cuestión, entonces, es saber qué podemos hacer para evitar los ftalatos. La buena noticia es que nuestro organismo no los acumula por mucho tiempo. La mala, que estamos expuestos a ellos todos los días, ya que están en prácticamente todas partes.

Una manera de limitar nuestra exposición a los ftalatos es reducir el consumo de alimentos procesados y envasados, ya que probablemente los contengan al entrar en contacto con el envase (la mayoría los tiene como consecuencia de su proceso de fabricación), e intentar no guardar ni calentar alimentos ni bebidas en recipientes de plástico. Las otras alternativas que propone el artículo (utilizar cortinas de duchas y persianas libres de ftalatos o suelos de linóleo) me resultan más complicadas de aplicar. Más que nada, porque no sé hasta qué punto las empresas fabricantes de estos productos deben informar de si estos pueden contener estas sustancias o no.

Como los ftalatos son ingredientes que se utilizan en los aromas de cremas, lociones, sprays, perfumes, maquillaje y cualquier otro cosmético con olor, otra forma de evitar la exposición a estos disruptores endocrinos es evitar aquellos productos que en la etiqueta indiquen que contienen ‘fragance‘ o ‘parfum‘. Actualmente hay marcas que utilizan como claim precisamente el hecho de que son libres de fragancias y perfumes o sin ftalatos. Para mí, que adoro los perfumes y las cremas hidratantes perfumadas (para el resto de cosméticos, casi siempre uso aquellos para pieles sensibles y/o atópicas, que muchas veces ya no contienen fragancias de por sí o las incluyen en menor cantidad), el ‘equilibrio’ está en utilizarlos solo puntualmente y decantarme por las cremas sin ftalatos ni otros ingredientes dañinos para el día a día. En el caso del perfume, muchas veces incluso prefiero aplicarlo en la ropa en lugar de la piel, pero porque a veces me ha llegado a irritar la zona del cuello. El problema es que también podemos entrar en contacto con estos ftalatos al inhalarlos. Asimismo, la mayoría de esmaltes de uñas los tienen entre sus ingredientes, así que mejor optar por aquellos que indiquen explícitamente que no contienen este ni otros componentes tóxicos. Por suerte, cada vez hay más marcas que apuestan por esta filosofía de excluir los ftalatos en los cosméticos.

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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