Hace un año, las únicas semillas que consumía eran las pipas de girasol y las pipas de calabaza. Las primeras, me han gustado mucho desde siempre y las añado, peladas, en prácticamente todas las ensaladas. Las pipas de calabaza, en cambio, las descubrí más recientemente y me gusta utilizarlas como guarnición en las cremas y los purés de verduras.
Fue con la llegada de la moda de los conocidos como súperalimentos, que empecé a comer semillas de chía y semillas de linaza. Ambas prometen tener muchísimos beneficios: son ricas en omega 3, favorecen el funcionamiento de las neuronas, mejoran la actividad cerebral, previenen el envejecimiento de los tejidos, reducen el colesterol, aportan energía, controlan el hambre por su alto aporte en fibra…
Las semillas de linaza las utilizo también en ensaladas y no puedo decir que haya notado alguno de estos beneficios, pero porque siempre las como mezcladas con otros muchos alimentos (además, se recomienda tomarlas molidas…). Lo que sí puedo afirmar es que, al menos a mí, las semillas de chía me dan mucha energía y consiguen que aguante hasta media mañana (cuando normalmente me tomo alguna fruta) sin tener hambre.
Aunque intento ir variando el desayuno, el que más se repite últimamente son dos rebanadas de pan (intento que sea artesanal y ecológico), untadas con aguacate y con tomatitos cherry y semillas de chía. Antes, normalmente me tomo el zumo de una naranja – aunque siempre es mejor tomar la fruta entera – y al acabar, un café con leche.
Esta era toda mi experiencia con las semillas, hasta que esta semana me animé a preparar hummus, donde el sésamo es uno de los ingredientes claves.
Desconocía los beneficios de las semillas de sésamo hasta que leí la propuesta de Veritas, la cadena de supermercados de alimentación ecológica, para afrontar nuestra vuelta al trabajo con ganas y fuerza.
Según Veritas, introducir el sésamo a nuestra dieta diaria puede ayudarnos a conseguir un buen rendimiento intelectual, además de ser un alimento que da energía y devuelve el ánimo.
Esto es posible gracias a su contenido en fosfolípidos y lecticina, dos componentes que refuerzan la mente, mejoran la memoria y ayudan a nuestro cerebro a estar más despierto y activo. Además, son una gran fuente de proteínas y ayudan a reducir el colesterol.
Desde Veritas, nos recomiendan incluir el sésamo a los cereales del desayuno, la pasta, las verduras, las ensaladas o el sushi. Eso sí, para que el cuerpo absorba todas las propiedades y los beneficios de las semillas de sésamo, se recomienda triturarlas antes de consumirlas.
¿Coméis normalmente sésamo? ¿Cómo lo hacéis?