Propiedades del aceite de coco

propiedades del aceite de coco

La verdad es que me divierte probar alimentos nuevos y tengo curiosidad por todo aquello que, de repente, por un motivo u otro se pone de moda. Hacía tiempo que tenía ganas de probar el aceite de coco, del que ya os hablamos aquí, en este post sobre los diferentes tipos de aceites vegetales. Es uno de los llamados superfoods o súperalimentos por su alta concentración en nutrientes. Hace unas semanas lo compré por primera vez y lo he estado probando estos días.

Lo he utilizado, únicamente, para saltear verduras, freír huevos y para el pollo a la plancha. En realidad, se puede usar como sustituto de cualquier aceite en todos nuestros platos e incluso la marca que yo compré recomienda añadirlo en los batidos de verduras o zumos para obtener un extra de energía o en el café para endulzarlo. A mí, esto último no me parece demasiado apetecible… pero no lo he probado.

Después de unos días usándolo, estas son mis impresiones sobre el aceite de coco. Al estar en un bote y tener una textura cremosa (un poco como de vaselina), al principio se hace un poco extraño pensar que vas a cocinar con ello. Es cierto que el lardo, la mantequilla o la margarina se venden también en tarro, pero la verdad es que casi nunca los utilizo. Además, al ser de color blanco y usarse también como producto cosmético (para hidratar las puntas del cabello, como mascarilla capilar o desmaquillante, para hidratar la piel…), la primera vez tuve un poco la sensación de preparar la comida con crema hidratante 😉 .

Esta textura sólida es la habitual en temperatura ambiente (menos de 25 ºC) pero si hace calor, adquiere una textura más viscosa. El aceite de coco se vuelve totalmente líquido al calentarlo (bastan unos pocos segundos en una sartén caliente) y, entonces, adquiere un color más amarillento.

El problema de la textura sólida del aceite de coco es que, según mi experiencia, puedes acabar usando más cantidad de aceite. Yo al principio ponía más o menos una cucharada y, una vez derretido, acababa siendo demasiado para mi gusto. Aunque esto es cuestión de cogerle la medida, tener en cuenta que cunde mucho y tratarlo como si fuera mantequilla.

Respecto al sabor, sí se nota un punto más bien dulzón, pero es un sabor suave que, según mi opinión, no altera demasiado el gusto final del alimento que vamos a cocinar, siempre que lo utilicemos en poca cantidad. Aun así, prefiero el sabor del aceite de oliva, al menos para saltear o freír verduras, carnes y huevo, que es en lo que lo he estado utilizando. Buscando recetas, he visto que, precisamente por su sabor dulce, se usa sobre todo en repostería o para preparar panquecas, crèpes, recetas con un toque oriental tipo wok

La principal ventaja del aceite de coco frente a otros aceites vegetales es su composición en grasa. El aceite de coco contiene, mayoritariamente, grasas saturadas y poquísimas grasas poliinsaturadas y esto lo convierte en una buena opción a la hora de freír. Resulta que las grasas saturadas, sometidas a altas temperaturas, apenas notan el proceso de oxidación que sí sufren las grasas poliinsaturadas como el aceite de girasol, de maíz o la margarina. Por este motivo, el aceite de coco conserva mejor todas sus propiedades y, lo más importante, genera muy pocas sustancias tóxicas al calentarse.

Asimismo, contiene un tipo de grasas (principalmente, ácido láurico) que se conocen como grasas de cadena media y tienen la particularidad de que, a diferencia de la mayoría de grasas que consumimos, son más fáciles de digerir, nos proporcionan energía más rápidamente y no se acumulan en nuestro organismo directamente como grasa. Además, a estos ácidos grasos del aceite de coco se le atribuyen propiedades antimicrobianas y antifúngicas, entre otras.

Personalmente, aunque no me ha desagradado, me quedo con el aceite de oliva por un tema de tradición, sabor y por todos sus beneficios para la salud y propiedades antioxidantes. No obstante, el aceite de coco me parece una buena opción si nos apetece probar sabores nuevos y como alternativa, de vez en cuando, para freír o cocinar a altas temperaturas. Además, como hemos visto, este tiene aspectos muy interesantes para la salud. A nivel de precio, el aceite de coco tampoco presenta una mayor ventaja, ya que este puede ser igual o superior al del aceite de oliva virgen.

También me parece interesante para poder sustituir a la mantequilla o la margarina al preparar postres o bizcochos o para darle un toque dulce a ciertas recetas. Esto me queda pendiente.

Se recomienda adquirir siempre aceite de coco virgen obtenido a baja temperatura y, preferiblemente, de producción ecológica. De este modo, nos aseguramos que mantiene inalteradas sus propiedades antioxidantes (el aceite de coco contiene vitamina E y otros componentes que actúan contra los radicales libres) y la estructura de sus grasas saludables.

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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