Hace unos años que me sacaron mi última muela del juicio. La primera que me extrajeron fue la situada en la mandíbula inferior derecha. En una radiografía de control vieron que la tenía impactada (la muela no conseguía salir) y mi odontólogo consideró que era conveniente sacar esta y la de la mandíbula inferior izquierda. Recuerdo la intervención como una experiencia poco agradable, pero no sentí ningún dolor mientras la realizaban. El problema fueron los días después. Se me hinchó muchísimo toda la cara y luego me apareció un hematoma enorme que fue pasando del morado al amarillo hasta desaparecer. A pesar de todo, yo seguí yendo a la Universidad y recuerdo que incluso fui a una fiesta de cumpleaños de un amigo (las pintas eran tremendas) sin ningún complejo. Eso sí, siendo el centro de todas las miradas. Además, me dolía bastante, aun y tomando analgésicos, y tuve que seguir un tratamiento con antibióticos para prevenir infecciones. Si no recuerdo mal, los puntos se me cayeron solos al cabo de unos días.
Con esta experiencia, no me apetecía demasiado otra cirugía para la extracción de la muela del juicio. Pero me dolía mucho la mandíbula inferior izquierda y no lo pude posponer más. Pese al temor de volver a pasar por el proceso de hinchazón y dolor, esta segunda intervención fue mucho más sencilla y apenas se me inflamó la zona. Tampoco me molestó en ningún momento (tomé analgésicos, pero nada que ver con la primera vez), más allá de tener que masticar por el lado derecho durante unos días.
Al cabo de unos años, empezaron a darme problemas las muelas del juicio de la mandíbula superior. Ambas habían conseguido emerger de las encías, pero me dolían y me notaba esas zonas de las encías inflamadas. Visité al odontólogo y también consideró que era mejor sacarlas. Entre la extracción de la primera y la segunda creo que dejé pasar unos meses, pero en ambos casos fue una extracción muy sencilla. Solo necesité anestesia local, pero nada de puntos, antibióticos ni analgésicos. Y los días siguientes, como si nada. Eso sí, el dolor, la inflamación y la sensación de presión en los dientes desaparecieron, por lo que valió la pena sin ninguna duda.
En cambio, muchas personas de mi familia tienen las cuatro muelas del juicio y nunca les han dado problemas o bien no les han salido todas. Así que cada caso es un mundo.
Lo importante es que, si notamos dolor, sensibilidad, enrojecimiento o inflamación de las encías acudamos al dentista para que pueda valorar cuál es la mejor opción. Es cierto que las muelas del juicio son uno de los grandes miedos, cuando llegamos a la edad adulta, porque circulan muchos mitos entorno a estos dientes y su extracción.
Hoy, en este blog de salud, queremos compartir algunas curiosidades sobre estas piezas dentales de la mano de los expertos de las Clínicas Smiledon. Seguro que alguna os sorprende.
- Las muelas del juicio son un ejemplo de la evolución del hombre: son huellas de los terceros molares que los ancestros de los humanos utilizaban para masticar los vegetales.
- Estas piezas dentales deben su nombre a su aparición en la edad adulta, entre los 18 y 22 años de edad.
- Las muelas del juicio son cuatro y son los últimos molares en aparecer, situándose en la zona posterior de cada arco dentario.
- Las muelas del juicio no descolocan los dientes de toda la boca. Es posible que la muela del juicio provoque el desplazamiento de los dientes próximos a ella, pero no posee tanta fuerza como para descolocar la dentadura entera.
- La aparición de los terceros molares no está caracterizada por fuertes dolores faciales, hinchazón y diversas molestias, como se suele pensar. No todas las personas sufren molestias cuando erupcionan sus muelas del juicio.
- Las muelas del juicio no tienen por qué extraerse siempre. Sólo un porcentaje determinado de la población no dispone del espacio suficiente para que la muela del juicio erupcione. Por lo que éstas pueden salir correctamente sin necesidad de quitarlas.
- Existen personas a las que nunca les nacen las muelas del juicio.
- Los expertos recomiendan que a partir de la mayoría de edad se acuda al dentista para una valoración de las muelas del juicio, con el fin de saber cómo está su desarrollo y si será necesario extraerlas o no.
O sea que es un recuerdo de nuestras vida biologica pasada para decirlo de alguna manera .Es cierto conozco gente que no les salen en su vida .. misterio de nuestro maravilloso cuerpo humano.