Este sábado 25 de octubre, y como viene siendo habitual, retrasaremos en una hora nuestros relojes para adaptarnos al llamado horario de invierno. Seguramente desde hace tiempo habréis oído que esta costumbre de adelantar o atrasar las manecillas del reloj, a finales de octubre y marzo, parece que va a desaparecer. La Comisión Europea acordó suprimirlo, pero todavía no se han puesto de acuerdo sobre si nos quedaríamos con el de verano o el del invierno. En España siempre se ha comentado que deberíamos adoptar el horario de Londres, es decir, una hora menos que en el resto del continente europeo, al igual que ocurre en Portugal y las Islas Canarias. La pregunta es si conviene quedarnos con uno o con otro. Desde Sanitum, mientras los expertos se ponen de acuerdo, os queremos hacer una serie de recomendaciones para hacer más llevadero este cambio.
Mantener horarios regulares en los momentos de irse a la cama y despertarse. Si bien es normal que el primer día estemos un poco desajustados, resulta de especial importancia mantener nuestras costumbres. Tu cuerpo necesita ajustarse al nuevo horario y, sobre todo, a los anocheceres más tempranos. Los primeros días, en la medida de lo posible, hay que evitar las siestas, ya que te pueden robar horas de sueño por las noches. Podrás recuperar este hábito al cabo de unos días, pero limitando siempre el tiempo, entre 15 a 30 minutos aproximadamente.
Adoptar buenos hábitos alimentarios y estar hidratados como algo fundamental en nuestro día a día. Recuerda evitar la cafeína al llegar la oscuridad por las tardes, al igual que las bebidas alcohólicas.
Hacer ejercicio físico regularmente, y evitar practicarlo justo antes de irse a dormir. La crisis sanitaria que seguimos viviendo puede que nos obligue de nuevo a estar más tiempo en casa. No por ello debemos abandonar nuestros buenos hábitos. Existen muchas opciones para seguir haciendo ejercicio desde la seguridad de nuestro propio domicilio.
Repetir cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse, mental y físicamente, para ir a la cama. Por ejemplo, el otoño es un buen momento para retomar la lectura, y así evitar el uso de pantallas que puedan alterar los ritmos naturales del sueño. Crear un buen ambiente lumínico es la mejor opción. Hay que evitar siempre las luces duras y directas.
