Por suerte, no soy alérgica o intolerante (que yo sepa) a ningún alimento. Aun así, tengo previsto pedir hora con un alergólogo porque sospecho que hay algo (intuyo que algún tipo de marisco) que no me sienta bien. En el post sobre excesos navideños os conté que siempre acabo encontrándome mal en Navidades y este año no fue diferente… Así que prefiero asegurarme de que es culpa del exceso de comida y no por algún alimento en concreto y que solo como en Nochebuena.
También estos días de fiesta fui a una pizzería con unas amigas y comprobé lo complicado que puede ser ir a comer fuera para una persona con alergias alimentarias o intolerancias. Una de ellas tiene intolerancia a la lactosa y, tras preguntar al camarero, plato por plato, todos los ingredientes y preparaciones para descartar el uso de cualquier lácteo (leche, queso, mantequilla, crema de leche…), se tuvo que conformar con una triste ensalada de lechuga sin aderezo.
Recientemente, la Asociación 5 al día, organización sin ánimo de lucro que trabaja para fomentar el consumo diario de frutas y hortalizas frescas, ha publicado una guía de Consejos Saludables para Alérgicos con trucos prácticos para ayudar a las personas alérgicas a mantener una alimentación saludable.
¿Pero que son realmente las alergias e intolerancias alimentarias? Se trata de reacciones adversas causadas al comer un alimento o alguno de sus componentes, también conocidos como alérgenos. Esta reacción puede ser desde leve hasta muy grave, por lo que es importante que las personas afectadas tomen precauciones a la hora de planificar su alimentación. La buena noticia es que las personas alérgicas o intolerantes pueden llevar una alimentación saludable tan solo omitiendo el alimento o sustancia que les causa las reacciones adversas.
En ocasiones, el alérgeno es el propio alimento como es el caso del pescado, los huevos o los frutos secos y en otras es un componente alimentario como el gluten, que es una proteína de algunos cereales, o la lactosa, que es el azúcar natural de la leche. Sin embargo, muchos otros alimentos que aparentemente podrían incluirse en su dieta también pueden contener alérgenos. La razón es que muchos de ellos se usan como ingredientes de alimentos procesados, como la lactosa, el gluten, la soja, algunos derivados del huevo, etc.
Comer en casa a base de alimentos frescos y poco procesados, así como tomar medidas higiénicas para evitar cualquier posible contaminación y leer siempre las etiquetas (ante la duda de si algún alimento contiene o no un alérgeno, lo mejor es no consumirlo), son pasos clave para disminuir el riesgo de tener reacciones adversas. Esto último es ahora más sencillo, ya que desde diciembre de 2014 es obligatorio informar sobre la presencia de alérgenos tanto en alimentos envasados como en los servidos en restaurantes o comedores colectivos. En el caso de los restaurantes, la información debe estar accesible para los clientes mediante indicaciones en carta o bien a través del propio personal, previamente formado.
El problema para las personas con alergias muchas veces está en que deben tenerse siempre en cuenta los alérgenos ocultos, es decir, aquellos que pueden esconderse en los alimentos procesados, salsas, aderezos…
La Asociación 5 al día nos da algunas pistas sobre dónde encontrar estos alérgenos ocultos:
- Los cacahuetes y/o frutos secos se pueden utilizar para la salsa pesto.
- Los aceites crudos de nueces, soja y sésamo pueden usarse para aliños.
- Los postres pueden contener frutos secos.
- Las salsas, especias o extractos de caldos pueden contener leche o gluten.
- Algunos platos pueden espesarse con almendras o harinas con gluten.
- Algunos panes o postres puede contener semillas de sésamo.
- La soja puede estar presente en muchos alimentos procesados.
Lo cierto es que parece ser que se ha producido un aumento importante de la prevalencia de alergias y otras enfermedades de carácter inmunológico en los últimos años. Así que es importante identificar si podemos estar experimentando síntomas de alergia alimentaria para poder acudir al especialista y, en caso de confirmarse el diagnóstico, evitar el contacto con el alérgeno y tomar las medidas pertinentes.
Como dato, también según la Asociación 5 al día, hasta un 21% de los niños españoles entre 6-13 años tiene alergia a alguna fruta u hortaliza y, por lo general estas reacciones van asociadas a alergias al látex o al polen. Las frutas que con mayor frecuencia causan alergia son la manzana, el kiwi, plátano, la piña o las fresas.