Las cifras lo dicen todo. En 2016 saltó la noticia de que cada español genera 459 kilos de residuos al año. El 54,3 % se recicla y el resto va al vertedero (38,9%) o se quema (6,8%), según los datos de un estudio del Instituto Nacional de Estadística. Por ello es recomendable el uso de productos reutilizables y a ser posible no contaminantes. El artículo de hoy quiere poner en valor el uso de la llamada copa menstrual, y más teniendo en cuenta que una mujer puede utilizar unos 10.000 tampones o compresas a lo largo de su vida.
La copa menstrual, además de crear una satisfacción general en muchos aspectos, es reutilizable y con un mantenimiento óptimo puede durar hasta casi 10 años. Solo la tenemos que limpiar adecuadamente y ya se puede reutilizar. Esta mejora sustancial con respecto al impacto medioambiental ha dado lugar incluso a estudios, como el que encontraras en este enlace, en el que un grupo de trabajo de científicos canadienses ha hecho una comparativa del uso de la copa frente a los tampones. El artículo está en inglés, pero merece mucho la pena leerlo para darnos cuenta de las dimensiones de esta alternativa ecológica.
La copa menstrual, a nivel de nuestra salud, también nos reporta una serie de beneficios muy a tener en cuenta:
- No irrita.
- No produce sequedad.
- No deja restos de fibras en las paredes.
- No afecta en ningún caso a la flora vaginal.
- Su composición en base a elastómero termoplástico minimiza considerablemente la aparición de infecciones provocadas por bacterias y hongos.
- No contiene productos químicos, como si ocurre en los blanqueadores de las compresas y tampones.
- Previene la candidiasis, la cistitis y el llamado síndrome del choque tóxico, una infección sufrida por algunas mujeres al usar tampones.
- No tiene hilos, evitando uno de los problemas más habituales con los tampones cuando éstos se empapan de orina.
Gracias a su forma flexible se adapta perfectamente. Verás cómo en ocasiones ni la notas, pudiendo realizar tus actividades habituales cómodamente. Su capacidad equivale más o menos a una tercera parte del volumen de sangre de cada menstruación.