Justo hace unos días escuchaba en un programa de radio un debate con ginecólogos en el que alertaban de los riesgos de los embarazos múltiples y de implantar más de dos embriones en los tratamientos de reproducción asistida.
El punto de partida del debate era el reciente baby boom de gemelos de algunas mujeres famosas como Beyoncé o Amal Clooney, quienes superan la considerada edad de la fertilidad (los 35 años) y, por tanto, los especialistas daban a entender que muy probablemente habían conseguido ese doble embarazo con la ayuda de tratamientos de fertilidad.
La cuestión es que los médicos explicaban que, hoy en día, gracias a la efectividad de los tratamientos de reproducción asistida, las posibilidades de conseguir un embarazo múltiple al transferir dos embriones son muy altas. De ahí que sean los padres quienes suelen tener la posibilidad de decidir (imagino que siempre que no haya condiciones médicas que lo impidan) si tener un solo bebé o dos en un mismo embarazo.
El problema es que cualquier embarazo de gemelos, aunque se consiga de forma espontánea, conlleva mayores riesgos. De ahí que se recomiende la implementación de dos embriones máximo en los tratamientos de reproducción asistida. En ese sentido, la ginecóloga Fulvia Mancini, directora Médica de Clínicas EVA, recuerda el riesgo de prematuridad, el bajo peso y otros problemas graves asociados a estos bebés.
Esto no quiere decir que no haya embarazos gemelares que se desarrollen sin incidencias y en los que los bebés nacen perfectamente sanos, a término y sin necesidad de pasar tiempo en la incubadora. Personalmente, conozco de cerca varios casos.
Aun así, explica la doctora Mancini, hay que ser consciente de que “nos encontramos con un embarazo de riesgo desde el minuto número 1”. En ese sentido, advierte, el embarazo gemelar nunca es aconsejable, ni para la madre, ni para el bebé y así lo demuestran el bajo peso al nacer de los niños y la mayor incidencia de partos prematuros.
Además, en los embarazos tardíos las posibilidades de que surjan complicaciones son mayores. En este sentido, la doctora advierte de que “más allá de los 40 existe un aumento de riesgo obstétrico per sé (es decir más incidencia de diabetes, placenta previa, eclampsia, hipertensión, etc.), también en embarazos con feto único. Así que en un embarazo gemelar, este riesgo aumenta exponencialmente”.
Asimismo, en caso de diabetes gestacional, más común ya entradas las madres en la cuarentena, el feto gana demasiado peso, llegando a convertirse en lo que se denomina macrosoma (bebé más grande de lo normal). Los macrosomas tienen un riesgo más alto de lesiones durante el parto, hipoglucemia postpartum y problemas respiratorios. Por si esto no fuera poco, los recién nacidos con macrosomia luego se transforman en niños con alto riesgo de obesidad y adultos con más propensión a desarrollar diabetes tipo dos.
Por todos estos motivos, la recomendación de los expertos en reproducción asistida de Clínicas EVA es siempre la transferencia de un embrión, para evitar los riesgos antes mencionados. Aun así, la ley española permite la implantación de hasta tres embriones. No obstante, el protocolo interno de estos centros hace que no se transfieran más de dos embriones a la vez.
Aun así, reconoce la doctora Mancini, es tal el deseo de ser padres que algunas parejas piden que se les implanten los dos embriones: “Piensan que así ya está ‘el trabajo hecho’, dos de golpe, y no tienen que volver a pasar por otro tratamiento. Desde su punto de vista lo entiendo, pero como médico lo desaconsejo rotundamente. Los riesgos son muy altos”.
Por lo que escuché en el programa de radio y lo que he leído preparando este post, veo que la opinión de la doctora Mancini es muy generalizada entre los ginecólogos. No obstante, muchos también admiten que hay parejas que llevan mucho tiempo intentando conseguir el embarazo sin éxito, con un esfuerzo económico y sobre todo un impacto emocional muy importante, y que es totalmente comprensible que quieran maximizar las posibilidades de conseguir el embarazo. Por ello, se deciden a transferir dos embriones, a pesar de conocer los riesgos de un embarazo gemelar.
Para aquellas futuras dobles mamás, la ginecóloga recomienda un cuidado estricto de la alimentación: «No engordar ni un gramo más de lo que se le indique y realizar deporte muy suave, como yoga o pilates, hasta la semana 26 cómo máximo. También es muy importante que no se salten ninguna visita con su médico y que comenten cualquier cambio que puedan notar. Es importante vigilar el dolor de cabeza, puesto que puede ser síntoma de hipertensión».
Los problemas más frecuentes a los que están expuestas son la diabetes gestacional, la anemia y las enfermedades hipertensivas propias del embarazo. También aumentan muchos las náuseas del primer trimestre. Los controles, por otro lado, siempre son más frecuentes. De hecho, dependiendo de si los gemelos comparten placenta o no, los controles pueden incluso llegar a ser cada 15 días.
Llegada la hora del parto, es muy importante, añade la experta, escoger un hospital con una Unidad de Alto Riesgo Obstétrico y una Unidad de Neonatología para que los padres estén lo más tranquilos y cubiertos ante posibles, pero ya contemplados riesgos. La tasa de prematuridad severa, es decir por debajo de las 32 semanas, explica, es alrededor de un 15%. Un dato muy alto que puede ocasionar problemas respiratorios, cardiacos y cerebrales.
