Hay quien necesita su almohada para poder conciliar el sueño y lo pasa mal cuando viaja o debe dormir en una cama que no es la suya. No es para nada mi caso. Primero, porque soy casi capaz de dormirme de pie y, segundo, porque muchas veces ni siquiera la utilizo.
Sin embargo, es cierto que unos centímetros de más o de menos entre la cama y el cuello pueden alterar la postura y el sueño e incluso provocar malestares importantes.
Por eso, me ha parecido interesante poder compartir los consejos de Artiem, una empresa familiar hotelera enfocada al bienestar y la salud de sus huéspedes y colaboradores. Son estos que os comento a continuación.
* ¿Almohada alta o baja? El objetivo de usar una almohada es mantener la cabeza en una posición de alineación neutral (sin estar doblada hacia adelante o hacia atrás), por lo que el tamaño de la almohada es absolutamente vital. Si nuestra almohada es demasiado alta, hará que los músculos del cuello se estiren y la columna se curve en la parte superior. Como consecuencia, nuestro cuello estará rígido y dolorido cuando despertemos y podremos presentar dolor de cabeza. Además, la respiración se puede ver obstruida y pueden aparecer ronquidos (que no solo pueden interrumpir tu sueño, sino también el descanso de los demás). Por el contrario, si la almohada es demasiado baja, los músculos del cuello se hunden y la columna vertebral se curva hacia abajo en la parte superior. Esto causará dolor de cuello, rigidez y dolores de cabeza.
* ¿Sin o con? Dormir sin almohada, como en ocasiones hacemos cuando nos colocamos boca abajo, hace que durmamos toda la noche con el cuello girado. En caso de que estamos boca arriba, nuestro cuello se arqueará hacia atrás pudiendo provocar lesiones en discos vertebrales y en la raíces de los nervios cervicales.
* ¿Cuándo debemos cambiar la almohada? La respuesta es cada 12-18 meses. Una almohada vieja puede contener miles de células de la piel y ácaros del polvo, que puede causar graves problemas para quienes sufren asma, afecciones de pulmón y alergias.
* Cómo saber si está en buen estado. Más allá de periodos concretos de tiempo, una buena prueba para ver si nuestra almohada necesita ser reemplazada es doblarla por la mitad y soltarla después de un segundo o dos. Si vuelve a su forma normal sigue estando en buen estado, si no, es hora de cambiarla.
* ¿Cuál es el mejor tipo de almohada? Las almohadas naturales rechazan las partículas de polvo y los ácaros, con lo que se previenen las alergias. Las de pluma, además, pueden modelarse con facilidad según la posición que se adopte y permanecen frescas por mucho tiempo. Por lo que respecta a las almohadas sintéticas, están elaboradas en materiales como el látex espuma, pero tienen el inconveniente de que no pierden la forma, por lo que al cambiar de posición, se puede experimentarse incomodidad por ello. Las almohadas de plumas son cómodas y elegantes, pero hay que advertir que algunas personas son alérgicas a las mismas.
* Elegir en función de cómo se duerma. Las personas que duermen de costado deben tener en cuenta que la almohada permita que exista una distancia adecuada entre los hombros y las orejas, al tiempo que se mantenga alineado el cuello.
Las personas que duermen boca arriba, sin embargo, también deben evitar una almohada muy baja o una demasiado alta.
Al dormir boca abajo, lo ideal es dormir sin almohada o con una muy fina, para evitar que la cabeza se eleve más de lo normal y pueda producir dolor en el cuello.
* Almohadas naturales para combatir el calor. Una habitación con unas temperaturas elevadas puede interferir con el descanso. En ese sentido, las almohadas de materiales naturales son las mejores para mantener un sueño fresco. Las de espuma, en cambio, son ideales para personas con alergias, pero su material sintético atrapa el calor corporal, ocasionado sudor. Si, de todos modos, preferís las almohadas de espuma, buscad marcas que contengan gel de enfriamiento arriba para evitar el sobrecalentamiento.
¿Sabías que era tan importante elegir bien la almohada para dormir? Nos encantará conocer vuestras experiencias a través de los comentarios.
