Cómo afecta el ruido a nuestra salud

Exceso ruido para la salud

Por suerte, considero que no he tenido demasiados problemas con el exceso de ruido, a pesar de que trabajo en una gran ciudad con un tráfico intenso y constantes obras como es Barcelona. Muy probablemente, porque la mayor parte de mi vida he vivido en una ciudad mucho más pequeña y tranquila, Mataró. Aunque, como veréis, tampoco he conseguido librarme de malas experiencias.

Lo cierto es que recuerdo épocas de estudio (exámenes de Selectividad incluidos) en los que me costaba concentrarme porque hacían obras cerca de mi casa. Sin embargo, han sido estas dos experiencias que os cuento a continuación las que más me han sacado de quicio.

La primera fue cuando vivimos durante unos meses debajo de una vecina noctámbula que parecía que dormía de día y vivía de noche. Era muy molesto porque conseguía levantarnos casi cada noche de un sobresalto y parecía que le daba totalmente igual fastidiar al resto de vecinos. La segunda aun la ‘sufro’ cuando visito a mi marido (está trabajando en el extranjero), porque el piso está delante de dos edificios bajos que tienen generadores eléctricos en la azotea. Dentro de casa el ruido no se oye demasiado (imagino que las ventanas anti-huracanes ayudan 😉 ), pero la terraza apenas la utilizamos precisamente por el fuerte runrún. Al final uno se acostumbra, pero no deja de ser un fastidio.

No obstante, parece ser que no soy, para nada, la única que sufre sonidos molestos en su día a día. Se estima que en España 6 de cada 10 personas están expuestas más de dos horas al día a 65 dB, el nivel de ruido máximo recomendado por la OMS. Así se desprende del Estudio sobre el nivel de ruido y el medio ambiente en España que ha elaborado GAES: centros auditivos. Unos datos que no deberían sorprendernos teniendo en cuenta que, según la misma OMS, España es el segundo país con más ruidoso del mundo detrás de Japón.

Así pues, sufrimos una contaminación acústica que, a pesar de que no nos pueda parecer demasiado preocupante más allá de las molestias que ocasiona, puede llegar a derivar en dolencias y patologías para nuestra salud.

Por un lado, un ruido intenso, constante y prolongado a lo largo de los días provoca evidentemente efectos auditivos adversos. Según los expertos, esta sobreexposición al ruido está haciendo que la pérdida auditiva asociada al envejecimiento (presbiacusia) aparezca en edades más tempranas. Actualmente, entre el 40 y 50% de los españoles empiezan a experimentar pérdida auditiva debido al envejecimiento alrededor de los 65 años, pero en poco tiempo serán las personas de 40-50 años las que presenten un principio de sordera.

Por el otro, el exceso de ruido continuado también puede favorecer o agravar trastornos psicológicos, ansiedad, estrés, depresión, alteraciones del sueño e incluso podría contribuir a ciertas enfermedades cardíacas.

Las alteraciones del sueño son precisamente una de las consecuencias más inmediatas del exceso de ruido. Siempre según este estudio de GAES, los ruidos que más nos molestan cuando nos vamos a dormir son: los gritos y voces en la calle, los ronquidos de la pareja y la televisión del vecino (esto último puedo corroborarlo yo misma…). Sin embargo, son las obras, las fiestas del vecino y el tráfico los que provocan un disgusto más generalizado en cualquier momento del día.

Tampoco debemos olvidar que nuestro oído está expuesto a diario a situaciones molestas relacionados con el uso de objetos cotidianos del hogar. El aspirador, que puede alcanzar los 78 dB, el secador de pelo, que llega hasta los 70dB, o la campana extractora, que supera los 60 dB, son algunos ejemplos. Personalmente, el ruido de la campana extractora puede conmigo. Tan solo la enciendo cuando realmente es necesario, porque su sonido me pone muy nerviosa.

En lo que se refiere a los smartphones, estos han popularizado aun más el uso de auriculares de botón. Un 57% de los españoles dice utilizarlos y la media de uso asciende a los 85 minutos diarios. Hay que tener en cuenta que al escuchar música con auriculares, por ejemplo, podemos alcanzar fácilmente los 90 dB.

Yo me atrevería a decir que puede llegar a ser muchísimo más. A veces en el autobús o el metro, soy capaz de escuchar perfectamente la música de las personas que tengo cerca de mí. Como si yo misma estuviera usando sus auriculares (no exagero, de verdad). Normalmente son chicos muy jóvenes, así que no me sorprende que, tal y como apunta el estudio, se prevea que en unos años los primeros indicios de sordera aparecerán en edades más tempranas. También conozco a personas que necesitan escuchar música o la radio para quedarse dormidas y pasan toda la noche con los auriculares puestos…

Asimismo, cuando realizamos actividades de ocio, sobrepasamos los 65 dB en muchas ocasiones. Al asistir a un concierto de rock, por ejemplo, podemos soportar niveles que superan los 110 dB, mientras que en un bar con un ambiente animado el ruido llegará, muy probablemente, a los 80 dB con facilidad.

Ahora hace mucho tiempo que no voy a ninguna discoteca. Pero cuando empecé a salir por la noche, recuerdo la horrible sensación de llegar a casa, meterme en la cama y, a pesar del agotamiento, no poder dormir por el constante pitido en los oídos. La mañana siguiente, al levantarme, a veces aun notaba el zumbido

Tampoco en el trabajo estamos libres de ruidos. De hecho, un 23% de los trabajadores considera que su entorno laboral es ruidoso y casi un 80% afirma que está expuesto a más de dos horas de ruido en su jornada laboral.

Entre los sonidos que más molestan en la oficina encontramos los comentarios de los compañeros, el teléfono y el ruido de la calle. Todos ellos afectan a la concentración en el trabajo a un 41% de españoles, aunque solo un 13% de la población dice usar protectores auditivos durante su jornada laboral. Respecto a este punto, aunque lo cierto es que me concentro mucho más en silencio, estoy acostumbrada a trabajar con bullicio a mi alrededor, por lo que personalmente este punto en concreto tampoco me supone demasiada molestia.

Sin embargo, existen ciertas profesiones que sí entrañan un riesgo auditivo importante. Entre estas se encuentran el personal de control de tierra en aeropuertos, los obreros de la construcción, los carpinteros, los mineros, los músicos, los Djs, los camareros de discoteca y los pilotos de Fórmula 1. En estos casos, proteger bien los oídos y vigilar la salud auditiva debería ser primordial.

Y a vosotr@s, ¿cuáles son los ruidos que más os sacan de quicio? Nos encanta leeros en los comentarios.

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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