Más allá del agua, el té y el café son dos de las bebidas más consumidas en el mundo. En este caso, se trata de una buena noticia, ya que incluso la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard las considera, después del agua, como ‘otras opciones de bebidas saludables‘ al ser ricas en polifenoles, unas sustancias que actúan como antioxidantes y combaten los radicales libres (partículas que pueden alterar nuestro ADN).
Por eso, hoy os queremos hablar de las propiedades del té según esta institución y daros algunos trucos para que os animéis a incluirlo en vuestro día a día. Nos dejamos los beneficios del café para un próximo post. 😉
Aunque siempre se suele destacar el poder antioxidante del té verde, también se consiguen unos niveles de polifenoles importantes con el té negro y el té rojo. Eso sí, si queremos beneficiarnos al máximo de sus propiedades antioxidantes mejor tomarlo sin leche, ya la proteína y posiblemente la grasa de la leche podrían reducir la capacidad antioxidante del té.
Gracias a esta composición rica en polifenoles, la Universidad de Harvard apunta tres motivos clave por los que considera interesante beberlo.
- Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Hay un estudio que incluso apunta que beber té (al menos 3 tazas al día de té verde o té negro) puede ser uno de los cambios más importantes que una persona puede hacer para reducir el riesgo de sufrir un infarto.
- Protege frente al cáncer. Entre ellos, el cáncer de ovario y los cánceres del aparato digestivo. El té verde también podría reducir el riesgo de los cánceres de mama, próstata y endometrio, aunque faltan más pruebas para poder acabar de confirmarlo.
- Mejora la tensión arterial alta. Otro estudio sobre el té verde y el té oolong determinó que beberlos puede reducir el riesgo de desarrollar hipertensión. También se ha apuntado que beber té negro a largo plazo puede bajar la presión arterial.
También parece ser que las personas que beben té habitualmente tienen menos riesgo de desarrollar diabetes en comparación con las personas que beben menos té. Esto se explicaría por el hecho de que los polifenoles ayudan a regluar el nivel de glucosa (azúcar) en sangre.
A nivel personal, comparto con vosotr@s otros beneficios del té en mi día a día por si pueden serviros.
- Me ‘obligan’ a beber agua. Me cuesta mucho beber agua… raras veces llego al 1,5 ó 2 litros que se recomiendan. Gracias a los tés, me aseguro de beber al menos dos tazas de agua extra al día. Siempre los tomo después de la comida y/o a media tarde. Por las mañanas, me gusta más el café y no lo perdono a primera hora… 😉 Aunque, como vimos en el post El primer café, después de las nueve es mejor esperar 60 minutos después de despertar.
- Me ayudan a no comer por ansiedad. Hay momentos en los que, aun sin tener hambre, los nervios pueden hacer que ‘necesitemos’ comer tan solo para poder calmar nuestra ansiedad. Y normalmente, cuando esto pasa, no tenemos freno y solemos tener predilección por alimentos poco saludables o con mucho azúcar. También puede ser que comamos por aburrimiento o porque necesitamos hacer un descanso del trabajo o el estudio. En todos los casos, prepararse un té puede ser un buen recurso. Además, los tés afrutados o los que llevan canela o vainilla quitan – un poco – el antojo a dulce. Aunque la preparación de un buen té es todo un ritual, puede ser poco práctico para el día a día… Lo más adecuado es hervir el agua en un recipiente al fuego o con un hervidor de agua, pero si en la oficina tenéis microondas, también podéis calentar el agua así (pero ojo con no sobrecalentarla y mejor remover el agua con una cucharilla antes de introducir la bolsita de té). Podéis dejaros en el trabajo algunos saquitos de té y prepararlos cuando os apetezca o para despejar la mente y hacer pequeñas pausas.
- Me ayudan a ‘prepararme’ para dormir. A pesar de no ser considerado un té como tal al proceder de una planta diferente, el té rooibos (mi preferido) es también muy saludable. Su principal característica es que no tiene cafeína, por lo que podemos tomarlo a cualquier hora y no afectará a nuestro sueño. Incluso puede que al contrario, que nos ayude a relajarnos. Además, favorece la digestión, así que perfecto para después de cenar y muy recomendable si has comido mucho. Para mí, es ya como un ‘ritual': al terminar de comer, lo preparo en seguida y me lo voy tomando mientras veo la televisión. Aunque apetece más en invierno, todo el año me gusta tomar té rooibos o una infusión de manzanilla antes de ir a dormir. Si hace mucho calor, dejo que se enfríen más antes de beberlas.
