Revisa tus manchas, lunares y verrugas

Revision dermatologica lunares y manchas

Hoy, 23 de junio, se celebra el Día Mundial del Melanoma, el cáncer de piel menos común, pero el más agresivo de todos.

Por suerte, las campañas de prevención que, desde organizaciones como la Academia Española de Dermatología y Venereología, se realizan desde hace años, han hecho que actualmente seamos mucho más prudentes con el sol (aunque yo sigo horrorizándome cada verano cuando voy a la playa) y también más conscientes de la importancia de las revisiones dermatológicas. Sin embargo, la incidencia del cáncer de piel en España sigue en aumento año tras año.

A diferencia de otros tipos de cánceres, el cáncer cutáneo se ve. Es decir, es visible ante nuestros ojos porque se manifiesta de forma externa (en la piel, el cuero cabelludo o las uñas). Por eso es tan importante revisarse uno mismo la piel de forma periódica y acudir al dermatólogo ante la mínima sospecha. Asimismo, es fundamental que un especialista revise cualquier lunarmancha o verruga que aparezca de repente o cambie de aspecto. También si tenemos alguna herida o llaga que no acaba de curarse ni cicatrizar.

Con esta infografía de la Campaña del Euromelanoma podéis haceros una idea de qué tipo de lesiones de la piel son más o menos preocupantes. También, si clicáis aquí, podréis ver algunos ejemplos de lunares sospechosos y cómo aprender a detectarlos según el conocido como método ABCDE.

Lunares, manchas y verrugas sospechosas

Como veis, no solo deben preocuparnos los lunares o las manchas…

Aunque es cierto que hay ciertos factores de riesgo (os los detallamos más abajo), cualquier persona puede desarrollar cáncer de piel en algún momento de su vida. Esto es muy importante, porque las personas sin factores de riesgo tienden a relajarse tanto a nivel de protección solar, como de revisión de la piel.

La buena noticia es que, detectado a tiempo, el cáncer de piel es curable en el 90% de los casos. La mala, que pese a todas estas campañas de concienciación, en ocasiones se sigue llegando tarde y las consecuencias son, como poco, graves. Os animo a recordar estos dos testimonios de mujeres con cáncer de piel (este tipo de cáncer se da con más frecuencia entre el sexo femenino) que, en su momento, se viralizaron en las redes sociales. En este caso, se mostraban los importantes efectos secundarios del tratamiento oncológico contra el cáncer cutáneo y, en este, la paciente compartía con sus seguidores que debían extirparle parte del pulgar por una lesión maligna en la uña.

Desde hace unos años colaboro con un prestigioso centro de dermatología en Barcelona y en lo que siempre me insisten tanto los dermatólogos como los médicos estéticos (también acostumbrados a ver manchas cutáneas a diario) es lo siguiente:

  • Los excesos con el sol (o los rayos UVA de las cabinas de bronceado), se pagan. Como mínimo, con un envejecimiento prematuro de la piel, más manchasarrugas y flacidez. El bronceado es bonito, pero pasajero. Los daños en la piel, en cambio, son permanentes. Esto no quiere decir que no podamos tomar el sol, sino que debemos hacerlo de la forma adecuada (de manera progresiva, en horas donde la radiación solar es menos intensa, con protector solar con FPS de 30 o superior…).
  •  Hay que tener mucho cuidado con los niños. Cuando yo era pequeña, aun no había tanta consciencia sobre la importancia de la protección solar, en especial en la infancia. De hecho, recuerdo campamentos de verano en los que cada noche nos untábamos unos a otros la espalda con crema Nivea (la del bote azul) o el clásico Aftersun de Ecran, porque quedábamos rojos como gambas. Desde hace años, se sabe que uno de los factores de riesgo más importantes del cáncer de piel es haber sufrido quemaduras solares importantes y de forma recurrente en la infancia y la adolescencia.
  • Los lunares, manchas, verrugas o lesiones cutáneas existentes pueden malignizarse. Este es el motivo por el que los dermatólogos insisten en la importancia de no saltarse las revisiones dermatológicas pertinentes. De este modo, pueden comprobar de una visita a otra, si la lesión ha sufrido algún cambio que pueda ser preocupante.
  • Las verrugas persistentes, mejor que las revise un dermatólogo. Una verruga que, por más que intentamos eliminar, aparece y reaparece, puede esconder un cáncer de piel. Ojo, no hay que alarmarse, pero es mejor asegurarse de que no se trata de nada malo y que el dermatólogo nos indique el tratamiento más adecuado.
  • No hay que tratar de eliminar manchas de la piel, sin que las haya examinado previamente un dermatólogo. Actualmente, muchos centros de estética cuentan con tecnologías para ‘quitar’ o atenuar las manchas. El problema, al igual que con las verrugas, es que estas manchas pueden esconder una lesión maligna. Personalmente, creo que este tipo de tratamientos deberían hacerlos profesionales médicos que, aun sin ser dermatólogos, pueden intuir que se trata de una mancha peligrosa y, por tanto, nos recomendarán acudir al especialista para que pueda examinarla con determinación. Si es necesario, con una técnica llamada dermatoscopia, con la que se pueden visualizar de forma aumentada las lesiones cutáneas y determinar de forma muy precisa su grado de benignidad o malignidad.

Dicho esto, si tenéis alguno o varios de los principales factores de riesgo del cáncer de piel que os detallamos a continuación, es fundamental que extreméis las medidas de protección solar, así como revisar la piel más frecuentemente. Vuestro dermatólogo es quien podrá deciros con qué periodicidad deberíais examinaros la piel y acudir a un chequeo dermatológico.

  • Tener la piel clara, ojos azules o verdes y el pelo rubio o pelirrojo. También, si os quemáis con facilidad y os bronceáis con dificultad (o nunca conseguís broncearos).
  • Tener antecedentes personales y familiares de cáncer de piel.
  • Contar con múltiples lunares en el cuerpo.
  • Haber sufrido quemaduras solares repetidas y violentas durante la infancia o la adolescencia.
  • Haber abusado del sol o las cabinas de bronceado (rayos UVA).
  • Tener más de 50 años, aunque cada vez se diagnostican más casos en personas jóvenes por los hábitos poco saludables de exposición solar.
  • Haber tenido contacto con químicos como el arsénico, la nicotina o las breas.
  • Tener una profesión que exige una exposición solar diaria o frecuente (trabajadores del sector de la construcción, agricultores, pescadores, deportistas, etc.)

Para acabar este post, os dejo este simpático vídeo de La Roche-Posay en el que un dálmata y un gatito nos enseñan cómo debemos examinarnos la piel. Forma parte de su campaña #HazteSkinChecker, con la que quieren fomentar y facilitar la revisión de los lunares para prevenir el cáncer de piel.

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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