La endometriosis, la enfermedad silenciosa

tratamiento endometriosis

A pesar de ser una enfermedad frecuente, la endometriosis sigue siendo una gran desconocida. Esto hace que muchas mujeres se resignen a vivir con un dolor intenso y/o constante que puede llegar a ser muy incapacitante.

Por suerte, gracias a testimonios como el de la actriz y directora Lena Dunham, quien se sometió a una extirpación del útero para poder lidiar mejor con los síntomas de la endometriosis (esta opción de tratamiento solo se contempla en los casos más severos), poco a poco se va visibilizando cada vez más esta patología.

Ahora que estamos en marzo, mes dedicado a la concienciación sobre esta enfermedad, desde Sanitum, este blog de salud y vida sana, no queríamos dejar de hablar sobre qué es la endometriosis y, por ello, hemos preparado una serie de posts sobre este tema.

En términos generales, podemos decir que la endometriosis aparece cuando el endometrio, la capa de mucosa que recubre el útero por dentro, crece fuera de la cavidad uterina. De este modo, este tejido endometrial puede asentarse en cualquier lugar del abdomen como, por ejemplo, los ovarios, las trompas de Falopio, los ligamentos de sostén del útero, la vagina, el saco de Douglas (membrana que recubre la cavidad abdominal entre el recto y el útero) o la vejiga. Aunque es menos común, también puede localizarse en órganos como los intestinos, el estómago o los pulmones.

Este tejido endometrial que se asienta fuera del útero tiene igualmente una dependencia hormonal del ciclo menstrual, lo que provoca su sangrado y su desprendimiento con el periodo.

De este modo, aunque no se trate de una enfermedad maligna, la endometriosis es crónica y puede llegar a ser muy invalidante.

Las causas de la endometriosis no están del todo claras, aunque parece haber una cierta predisposición genética.

Una de las principales teorías es que, durante la fase menstrual, existen fragmentos de endometrio que ‘refluyen’ al interior de la cavidad pélvica a través de las trompas. No obstante, este fenómeno aparece hasta en un 90% de las mujeres y no todas padecen la enfermedad.

La diferencia, entonces, estaría en ciertas características de las células endometriales. En el caso de las mujeres afectadas por la enfermedad, estas parecen tener una menor tendencia a la muerte celular programada y una mayor capacidad de proliferación, adhesión y creación de nuevos vasos sanguíneos nutrientes, lo que les confiere una mayor supervivencia respecto a las células endometriales de las mujeres sanas.

que es endometriosis

Como decíamos al principio, a pesar de ser una enfermedad poco conocida, se estima que entre un 10 y un 15% de las mujeres en edad fértil tiene endometriosis. Sin embargo, durante años ha sido, sin duda, una enfermedad infra diagnosticada. En gran parte, por la falsa creencia de que el dolor menstrual u otras alteraciones de la regla son normales o por vergüenza a comentar ciertas molestias con el médico.

Por suerte, hoy en día, se ha avanzado mucho en la concienciación y el diagnóstico de la enfermedad. El problema es que los síntomas de la endometriosis son, a veces, poco claros y se enmascaran o confunden con los de otras enfermedades ginecológicas. Como consecuencia, es habitual que la endometriosis no se diagnostique hasta los 30 o los 32 años.

Aunque actualmente no existe ninguna opción terapéutica que permita curarla definitivamente, la buena noticia es que en la mayoría de los casos se consigue un control de la misma. En ese sentido, solo un bajo porcentaje de mujeres con endometriosis van a ser refractarias a cualquier tratamiento.

De ahí la importancia del diagnóstico y el tratamiento de la endometriosis precoces para dejar de vivir con unas molestias que pueden alterar de forma muy significativa la calidad de vida de las mujeres afectadas. También, para evitar que las lesiones sigan progresando y preservar o restablecer la función reproductiva.

Sobre todo, si tenemos en cuenta que es solo con la llegada de la menopausia, que suelen desaparecer los síntomas o verse muy reducidos. También, los implantes de tejido endometrial van perdiendo actividad hasta quedar silentes.

A su vez, es cierto que las molestias propias de la endometriosis suelen mejorar durante el embarazo, aunque habitualmente reaparecen tras el parto.

Por lo que respecta a las enfermedades vinculadas con la endometriosis, se sabe que aquellas mujeres que tienden a tener síntomas dolorosos presentan un mayor índice de depresión, ansiedad y afectación en el ámbito laboral, social y familiar.

Asimismo, varias investigaciones han vinculado la endometriosis con un incremento del riesgo a sufrir ciertas enfermedades autoinmunes como el lupus o la esclerosis múltiple, así como trastornos del tiroides.

Otros estudios también comprobaron que las mujeres con esta patología son más propensas al asma, las alergias, el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia.

También, por lo que respecta a endometriosis y fertilidad, hay que saber que las posibilidades de lograr un embarazo de forma espontánea son más reducidas, por lo que conviene anticiparse en caso de que se esté demorando la maternidad.

Así pues, es importante que las mujeres no aceptemos el dolor menstrual (cuando va más allá de unas molestias puntuales y leves, que no interfieren en gran medida en nuestro día a día y que desaparecen con los analgésicos convencionales) como algo ‘normal’ y a lo que toca resignarse. También, a superar el pudor y consultar con el médico si hay malestar al mantener relaciones sexuales o ir al baño, ya que todas ellas son posibles señales de la endometriosis.

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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