A veces no somos conscientes de la importancia de las vitaminas del Grupo B. Ocho de las trece vitaminas esenciales para nuestra vida pertenecen a este grupo. No son necesarias en grandes cantidades, pero su carencia puede ocasionarnos algún que otro desequilibrio. Múltiples funciones del organismo dependen de ellas para su correcto funcionamiento. Paradójicamente, las vitaminas del grupo B son las más deficitarias en los alimentos cotidianos, en parte debido a la manipulación durante el proceso de cocinado; incluso nuestros propios hábitos dificultan su asimilación, especialmente por el estrés, la ingesta de bebidas alcohólicas, refrescos de cola, cafés y azucares. Aquellos que fumen también pueden encontrarse con problemas a este respecto.
Hoy nos centraremos en sus principales funciones:
- Las vitaminas del grupo B son esenciales para el buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Son las grandes aliadas de la transmisión de los impulsos nerviosos, de la agilidad mental y del rendimiento intelectual y físico.
- Este grupo es también decisivo en las llamadas reacciones enzimáticas, actuando como coenzimas. Son las encargadas de llevar a cabo numerosas funciones de carácter metabólico.
- Son clave en los aspectos del crecimiento y en el desarrollo fetal.
- Son parte esencial en los procesos metabólicos interactuando con proteínas, lípidos y glúcidos.
- Son imprescindibles en la formación de las células.
- Actúan como parte dinámica del aparato digestivo y el aparato circulatorio.
- Son las perfectas aliadas del sistema inmunológico.
- Son un apoyo indispensable en el correcto funcionamiento del transporte y utilización del oxígeno.
- Participan en el proceso de regeneración y cicatrización de tejidos.
- Nutren a partes importantes de nuestro cuerpo, especialmente las uñas, la piel y el cabello.
- Incentivan la formación y maduración de glóbulos rojos y leucocitos.
- Vitales para la formación y buen estado de la mielina, la sustancia que recubre las neuronas y gran parte del sistema nervioso.
A continuación, os detallamos cuales son las fuentes principales de cada una de ellas.
VITAMINA B1 (Tiamina): Levadura de cerveza, germen de trigo, polen, cebada, legumbres, frutos secos crudos. Semillas crudas germinadas de alfalfa, algas, aguacate, patatas, cerdo y pescado.
VITAMINA B2 (Riboflavina): Levadura de cerveza, hígado de animales, lácteos, pescado, cerdo, almendras, legumbres, setas, algas, polen, aguacate, cebada, trigo, quínoa, huevos y champiñones.
VITAMINA B3 (Niacina): Levadura de cerveza, hígado, pescado azul, cacahuetes, frutos secos y semillas en crudo, germen de trigo, carnes, champiñones, cereales integrales, quínoa, legumbres y algas.
VITAMINA B5 (Ácido pantotéico): Levadura de cerveza, aguacates, legumbres, cereales integrales, quínoa, frutos secos crudos y pescado.
VITAMINA B6 (Piridoxina): Levadura de cerveza, germen de trigo, hígado, aguacate, cereales integrales, quínoa, legumbres, polen, plátanos, chirimoyas, frutos secos y semillas en crudo, pescados y marisco, cerdo, huevo y lácteos enteros.
VITAMINA B8 (Biotina): Plátanos, cereales integrales, legumbres, huevos y cacahuetes.
VITAMINA B9 (Ácido fólico): Levadura de cerveza, germen de trigo, legumbres, verduras y hortalizas, en especial las de hoja verde, aguacate, cereales integrales, quínoa, frutos secos crudos, naranjas y queso camembert.
VITAMINA B12 (Cobalamina): Carne, hígado, pescado, riñones, huevos, lácteos y en el polen en pequeñas cantidades.
Recordemos que también podemos encontrar las vitaminas del grupo B en forma de suplemento, tanto por separado o como preparados que contienen todas ellas. Desde aquí os recomendamos esta segunda opción, ya que es un tipo de vitaminas que actúan de manera sinérgica las unas con las otras.
