El vértigo: qué es y cómo prevenirlo

prevenir los vertigos

Justamente la semana pasada comentábamos aquí en Sanitum que no hay que confundir los mareos con el vértigo. Lo cierto es que estos últimos, por suerte, nunca los he sufrido. Pero se podrían definir a los vértigos como una sensación ilusoria o alucinación de movimiento, ya sea de nosotros mismos o de los objetos que nos rodean, acompañada en muchas ocasiones de sudoración, nauseas y vómitos. En general, los vértigos suelen ser más frecuentes en mujeres en la madurez.

Dentro de los diferentes tipos de vértigos, se debe diferenciar entre el vértigo periférico, que es el que se produce por lesión del laberinto u oído interno, y el vértigo central, cuando la lesión que lo provoca está en el sistema nervioso central.

Muchas enfermedades del oído pueden producir vértigos en algún momento de su evolución como la otitis, un tapón de cerumen, la otosclerosis (crecimiento óseo anormal en el oído que provoca la pérdida de audición), etc. Pero existen otras enfermedades del oído interno en las que el vértigo es el síntoma fundamental, como son: la enfermedad de Ménière, el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) y la neuronitis vestibular.

Más allá de estas enfermedades, hay factores que pueden desencadenar o agravar los vértigos. Para tratar de prevenirlos, desde GAES nos dan los siguientes consejos:

  • Evitar la aparición de otitis o tapones de cerumen, manteniendo las orejas limpias y secas y protegiéndonos del frío y las corrientes de aire.
  • Someterse periódicamente a una revisión auditiva e incluso ocular.
  • Apostar por una alimentación sana y evitar el tabaco y la cafeína. En el caso de esto último, imagino que se refieren a un exceso de cafeína o quizás realmente eliminarla, pero tan solo en las personas susceptibles a sufrir vértigos.
  • Mantener una buena postura corporal, evitando bajar la cabeza más allá de los hombros, estirar el cuello hacia arriba o realizar giros bruscos.
  • Disminuir el consumo de los medicamentos ototóxicos (fármacos con agentes perjudiciales para el oído), entre los que se encuentra el Ácido acetilsalicílico, ciertos fármacos diuréticos y algunos antiinflamatorios y antibióticos.

No hay que confundir el vértigo del que hablamos en este post con el vértigo de las alturas o acrofobia (miedo al mirar al vacío en los lugares altos). Este último no está relacionado con ninguna alteración en el aparato vestibular. Esto es, la parte del oído interno y el cerebro que ayuda a controlar el equilibrio y los movimientos del ojo. Este vértigo o miedo a las alturas tiene que ver, por tanto, con una cuestión meramente psicológica.

 

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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