Quizás es probable que hayas visto en las etiquetas de algunos productos alimenticios una especie de tabla con colores verde, amarillo, naranja y rojo. Se trata del llamado semáforo nutricional, un sistema, cuyo origen encontramos en Reino Unido, que persigue informar al consumidor sobre el valor nutritivo de los alimentos en un único golpe de vista. Dicha etiqueta proporciona información, de manera resumida, sobre las calorías y nutrientes (azúcar, grasas totales y saturadas, y sal). Los colores del semáforo vienen a informar si la cantidad de calorías y nutrientes es alta, media o baja.
NARANJA O ÁMBAR
Si el alimento que tenemos en nuestras manos muestra el semáforo en naranja o ámbar quiere decir, por ejemplo, que los niveles de azúcar y/o sal son más altos que los recomendados. Esta señal previene al consumidor para que no abuse de la sal o el azúcar frente a trastornos que pueden ser perjudiciales para su salud. Y además informa a aquellos que no deben consumir estos alimentos porque ya, de enrada, estén sufriendo algún tipo de patología.
AMARILLO
Este color funciona, al igual que los semáforos que controlan el tráfico, sobre los contenidos medios de determinados nutrientes. Pero claro, si consumimos demasiados alimentos que tengan dicho nutriente, puede terminar siendo perjudicial. No siempre es aconsejable, por ejemplo, cruzar un paso de cebra cuando los coches tienen el color amarillo en el semáforo. Siempre alguno puede saltárselo trayendo fatales consecuencias.
Si todos los alimentos que tomas vienen marcados en color amarillo por las grasas saturadas, esto determinará un aumento significativo del colesterol en sangre, dando lugar a posibles riesgos cardiovasculares.
VERDE
El color verde marca el contenido bajo de un nutriente. Esto hace que debamos, siempre que sea posible, buscar alimentos que etiqueten en verde las grasas, la sal, el azúcar, … Aun así, los expertos en nutrición aconsejan no guiarse exclusivamente por este color. Quizás el producto sea bajo en calorías, pero puede presentar otras sustancias perjudiciales que debamos tener en cuenta. Para asegurarnos, hay que mirar con detenimiento toda la información nutricional que nos ofrece el etiquetado.
Seguro que llegado a este punto te preguntarás por la presencia de alimentos con el semáforo rojo. El artículo, que encontraréis en el siguiente enlace, arroja luz muy interesante sobre este asunto. La mayoría de los alimentos no incluyen el color rojo, ya que comercialmente darían una información que iría en detrimento de su venta. Es decir, no existen alimentos prohibidos, pero sí aquellos cuyo consumo debería limitarse más.
