El verano lo tenemos a la vuelta de la esquina y, como suele ocurrir por estas fechas, la llegada del calor nos hace replantearnos dietas que favorezcan una mejora sustancial en nuestro cuerpo. Para conseguir resultados óptimos, debemos ingerir alimentos saciantes que eviten ese deseo de picotear entre horas. Hay que engañar a nuestro estómago para que tenga esa sensación de lleno.
Hace más de 25 años, Susan Holt y sus colaboradores del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Sydney en Australia dieron a conocer un estudio en el que se exponía el llamado “índice de saciedad” entre los alimentos más comunes. Por ejemplo, la patata hervida fue considerado el alimento más saciante. También se demostró que la fibra tiene un gran poder saciante, al igual que los alimentos ricos en proteínas, cuya digestibilidad es mucho más lenta prologando la sensación de saciedad. Si tenemos en cuenta estos factores podremos controlar mucho mejor el sobrepeso y la obesidad.
A continuación, os mostramos una relación de alimentos para provocar saciedad en nuestro estómago:
- Las sopas calientes son ligeras calóricamente. Aun apetece comer una buena sopa por la noche. Si además le añadimos vegetales troceados crudos y un poco de aceite aumentaremos su poder saciante. Los alimentos calientes siempre son mejores que los fríos a la hora de producir saciedad.
- Patatas cocidas, cuya cocción es el secreto que hace que estén durante más tiempo en el estómago. Son una fantástica guarnición para las carnes y pescados.
- Los champiñones, según algunos estudios, sacian más que la propia carne. Su efecto nos puede durar unos tres días después de haberlos consumido.
- Frutos secos abundantes en fibra. Las nueces y pistachos son además ricos en grasas insaturadas, o lo que es lo mismo, grasas saludables para nuestro cuerpo. Se recomienda su ingesta en desayunos y meriendas para evitar el clásico picoteo fuera de horas.
- La pasta de sémola de trigo, con gran riqueza en gluten, resulta muy saciante. Y si la cocinamos al dente todavía más.
- Bocadillos integrales con queso ligero pueden ser un excepcional tentempié. Son perfectos aliados si los acompañamos también con la ingesta de lácteos.
Y dos recomendaciones finales para acabar:
- Evitar dulces y pasteles. Estos alimentos aportan mucha energía, pero se gasta muy rápidamente. El cuerpo no tardará en pedirnos más.
- Evitar los alimentos muy elaborados, ya que estos permanecen muy poco tiempo en el estómago. Y es precisamente lo que no queremos.