Muchos son los productos, especialmente cosméticos, que dicen proceder del Mar Muerto. Sin duda se trata de uno de los lugares más fascinantes de nuestro planeta. Más que un mar, se trata en realidad de un lago salado situado en una profunda depresión a 435 metros bajo el nivel del mar. El calor seco de esta zona, entre Israel, Palestina y Jordania, provoca que el agua se evapore lentamente dejando que la sal se acumule en condiciones únicas. El agua del Mar Muerto tiene una densidad de 1,24 kg/litro, lo que hace que el cuerpo humano sea capaz de flotar sin esfuerzo en el agua, debido a que su densidad es menor que la densidad del agua salada.
El Mar Muerto tiene dos características especiales:
- Alta concentración de sales y oligoelementos en sus aguas.
- Barros y lodos especialmente recomendados para muchas enfermedades de la piel y huesos.
El barro del Mar Muerto puede ser utilizado, en sus distintas variantes, en los siguientes casos:
- Su alto contenido en sales y minerales lo convierten en un producto ideal para el tratamiento de psoriasis y de la dermatitis en general.
- Acción purificante y limpiadora de toxinas en pieles grasas y con acné.
- Elimina manchas y rojeces de la piel.
- Reducción de dolores de origen reumático y artrítico.
- Suavizante e hidratante del pelo.
- Propiedades cicatrizantes, analgésicas y sedantes.
- Calma irritaciones, estimula la síntesis del colágeno y protege la piel frente al envejecimiento.
El barro del Mar Muerto se puede considerar la mejor base para la elaboración de cosméticos destinados al cuidado de la piel. Sus 25 tipos diferentes de minerales y oligoelementos, entre los que se encuentran el magnesio, potasio, hierro, zinc, cobre y calcio, le confieren la capacidad de regular el intercambio iónico-osmótico entre las células y los conductos de drenaje. Su utilización aporta bienestar y vitalidad en todo nuestro organismo.
