Consejos para aliviar el lumbago

consejos para aliviar lumbalgia

Si bien acostumbro a sufrir de dolor cervical, desconocía qué era el lumbago hasta que llego el post parto. Por lo que me explicó la fisioterapeuta a la que acudí, seguramente se juntó la falta de tono muscular después del embarazo (y eso que me mantuve súper activa hasta el final), la diástasis abdominal (por suerte, en una forma muy leve) y las malas posturas en la lactancia y al coger al bebé.

Afortunadamente, con solo unas pocas sesiones de fisioterapia para la recuperación postparto mejoré muchísimo.

Lo cierto es que la lumbalgia es una afección muy común. Concretamente, se estima que el 85% de la población va a sufrir al menos un episodio a lo largo de su vida y que esta supone la principal causa de baja laboral en personas menores de 50 años.

Según explica la Sociedad Española de Reumatología (SER), las causas de lumbago más frecuentes son las de origen mecánico: alteración de la estática vertebral (escoliosis), contracturas musculares (por sobrecarga mecánica o tensional), problemas degenerativos del disco intervertebral y/o de las articulaciones posteriores vertebrales, fracturas por osteoporosis o traumatismos violentos.

No obstante, también puede darse por otras causas menos frecuentes como las enfermedades inflamatorias de las estructuras vertebrales (como la espondilitis anquilosante), infecciones o tumores.

Por ello, si sufres de lumbalgia, es importante que lo consultes con tu médico o un fisioterapeuta y que tomes cartas en el asunto para acabar con el dolor.

En ese sentido, la SER ha elaborado un decálogo con consejos para aliviar el lumbago, así como recomendaciones para ayudar a prevenirlo:

1) Mantener un adecuado peso corporal. Esto va a evitar una sobrecarga sobre unas estructuras vertebrales a veces degeneradas. En este sentido, se recomienda consultar con el médico o un dietista nutricionista. Además, se recomienda caminar.

2) Prestar atención al colchón de la cama. Está demostrado que los colchones de consistencia firme (no pétrea), proporcionan mayor soporte y disminuyen los dolores de espalda. En cuanto a la postura, se recomienda dormir boca arriba con una almohadilla bajo las rodillas, o de costado con una almohadilla entre las piernas; mientras que se debe tener en cuenta que dormir boca abajo modifica la normal curvatura (lordosis) de la región lumbar y ocasiona dolores por la mañana.

3) Aprender cuidados posturales correctos. Evitar malas posturas también es clave para prevenir el lumbago. Entre las pautas a tener en cuenta, la Sociedad Española de Reumatología destaca las siguientes:

  • Para retirar objetos ‘en alto’, usar algún pedestal o escalera.
  • El respaldo del asiento del coche debe tener contacto total con la espalda.
  • La mesa de trabajo y la pantalla del ordenador deben de tener una altura adecuada con silla que apoye la parte baja de la espalda y pueda reclinarse.
  • Al recoger objetos del suelo, hay que doblar las rodillas y acercarse al suelo.
  • No alzar objetos pesados.
  • Si se va a permanecer mucho tiempo de pie (por ejemplo, al planchar) mejor apoyar una pierna sobre un pequeño taburete.

4) Usar calzado adecuado. De este modo, se aconseja no utilizar tacones altos y, en ocasiones, puede ser necesario un estudio podológico (de la huella y/o biomecánico de la marcha) para el diseño de plantillas adaptadas a las alteraciones que presenten los pies.

5) Dejar de fumar. El tabaco provoca una hipoxia crónica en el organismo al disminuir el calibre de los vasos sanguíneos, lo que origina una disminución del aporte de oxígeno a los tejidos, dificultando así su capacidad de regeneración. Además, se ha demostrado que el tabaco aumenta el riesgo de osteoporosis y el nivel de los ‘neurotransmisores’ del dolor en la sangre.

6) Evitar situaciones que originen estrés o ansiedad.  Estos factores aumentan la ‘tensión’ sobre la musculatura de la espalda y agravan el dolor.

7) Actuar correctamente en caso de crisis aguda. Si bien el dolor suele desaparecer en unos días, aún sin tratamiento, estos consejos ayudaran a mitigar el dolor:

  • Evitar el reposo en cama. Se debe cambiar a menudo de posición, caminar y moverse de vez en cuando.
  • Aplicar calor suave en la espalda (unos 20 minutos/2 o 3 veces al día).
  • Realizar masajes suaves en la zona.
  • Consultar con el médico, quien determinará si procede iniciar un tratamiento con medicamentos.
  • Intentar hacer vida normal e incorporarse a las actividades cotidianas lo antes posible.

8) Realizar ejercicio. Concretamente, el encaminado a reforzar la musculatura lumbar y abdominal. Se trataría de sencillos ejercicios para poder realizar en casa o practicar disciplinas como pilates, tai chi o yoga, entre otras.

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9) Recurrir a la fisioterapia. El fisioterapeuta, además de conseguir con sus técnicas (masoterapia, electroterapia, etc.) una mejoría del dolor de espalda, debe ayudar a identificar los ‘malos hábitos’ y las ‘situaciones conflictivas’ del entorno cotidiano (de la actividad laboral, familiar, social, deporte…) y así conseguir su corrección.

10)  Apoyarse en terapias complementarias. En determinadas ocasiones, se recomendará llevar a cabo sesiones de psicoterapia y/o terapia cognitivo conductual, especialmente cuando el dolor lumbar sea de larga duración y conlleve algún grado de discapacidad.

 

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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