El verano es la época del año en la que los pies se encuentran más expuestos por utilizar calzado descubierto y ser más frecuente el caminar descalzos. Por este motivo, el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha elaborado un decálogo sobre el cuidado de los pies en verano.
Aquí, en Sanitum, blog de salud y vida sana, ya os he contado los problemas que he tenido por utilizar un calzado inadecuado en los meses de calor. Concretamente, las ampollas en los pies que he sufrido por utilizar unos zapatos de material sintético sin calcetines que protegieran la piel.
Por eso, me parece interesante poder compartir las recomendaciones de los podólogos para cuidar los pies en verano y prevenir algunas de las patologías más comunes como son el exceso de sudoración, los hongos, las verrugas, las sobrecargas musculares, dedos en garra o molestias en caderas, rodillas o espalda derivadas de un abuso de un calzado excesivamente plano como las chanclas.
- Higiene de los pies. Es importante lavar los pies a diario y, tras la ducha, secarlos muy bien. Es necesario prestar especial atención al secado de la zona interdigital para evitar que la humedad favorezca la maceración de la zona y de lugar a la aparición de problemas dérmicos como los hongos en los pies.
- Crema hidratante para los pies. Hidratar los pies adecuadamente también es clave para el aspecto y la salud de los pies. Desde el ICOPCV explican que la piel del pie tiene una particularidad, y es que la del dorso es similar a la del resto del cuerpo, mientras que la de la planta del pie es más espesa y resistente, adaptada para soportar el peso. Por ello, los productos que empleemos para su cuidado deben ser específicos. Las cremas hidratantes con urea son básicas en periodos de calor, sobre todo en zonas más secas como los talones. La urea, al ser un queratolítico, ayuda a desprender la piel que necesita renovarse, por lo que la hidratación es más eficiente que con las comunes leches corporales. Así pues, hay que utilizar una crema hidratante para los pies que sea específica para esta zona.
- Protección solar. Es común que se aplique el protector solar hasta el tobillo, olvidando los pies. En ese sentido, es imprescindible proteger bien los empeines, ya que están en línea perpendicular con los rayos del sol y eso da lugar a quemaduras.
- Paseos por la playa. Pasear por la orilla de la playa es recomendable por dos razones. En primer lugar, porque al haber desnivel, no se producirá sobrecargas en una sola zona. Además, el masaje de la arena sobre los pies beneficiará la circulación venosa y linfática.
- Sandalias con buena sujeción del pie. Un calzado adecuado es fundamental para la salud de los pies. En ese sentido, es especialmente importante que los zapatos ofrezcan una buena sujeción al tobillo y talón. De esta forma, el antepie podrá trabajar sin forzar otros grupos musculares provocando dolor en los metatarsos, por ejemplo. Así pues, cuidado con abusar de las chanclas o calzado de este estilo.
- Zapatos de tacón bajo. Es importante optar por un calzado con una suela de entre 2 y 5 cm que proteja la planta de los pies con un material blando y cómodo, pero rígido a la flexión. De este modo, se favorecerá un movimiento relajado del pie en balancín en cada paso.
- Calzado transpirable. Si se utiliza un calzado cerrado, este debe ser transpirable para evitar el exceso de sudor de pies.
- Calcetines de materiales naturales. Asimismo, en el caso de usar zapatos cerrados, es imprescindible optar por calcetines de algodón o hilo, porque estos ayudan a la termorregulación del pie.
- Cuidado de los pies en personas diabéticas. En cuanto a las personas con diabetes, es fundamental que hagan una revisión de los pies a diario. Debido a que en muchos casos se padecen neuropatías, se pierde la sensibilidad de los pies y pueden realizarse rozaduras o heridas sin darse cuenta. Detectarlas a tiempo es fundamental para evitar la aparición de úlceras que, en el caso de estos pacientes, pueden resultar complicadas de curar.
- Visita al podólogo. Si se observa cualquier tipo de anomalía en los pies, hay que acudir al podólogo. Por ejemplo, picor constante, amarilleamiento o engrosamiento de las uñas o dolor que persista durante días. De esta forma, se evitará propagar un contagio, si existen hongos, o que incremente la gravedad de una posible patología.
A pesar de que muchas veces son los grandes olvidados, recordad que el cuidado de los pies es fundamental para permitirles una correcta funcionalidad, así como para su apariencia.