¿Hay que desinfectar los estropajos?

bacterias estropajo cocina

Reconozco que soy un poco maniática con la limpieza y la higiene de la casa. En especial, con la cocina y el baño. De hecho, mi marido bromea sobre la cantidad de trapos de cocina que tenemos, pero es que en el día a día los acabamos usándolos mucho y, por poco que se ensucien o se queden húmedos, los echo a la cesta de la ropa sucia.

Otra cosa que siempre me ha dado repelús es el estropajo para lavar los platos. Os puedo parecer exagerada, pero tal como vimos en el post sobre las zonas con más bacterias de la casa, los estropajos y los trapos de cocina contienen todo tipo de gérmenes e incluso pueden acumular más microbios que el inodoro. En ese sentido, bacterias como la Salmonella, el Campylobacter o la Escherichia coli, que son los patógenos intestinales más comunes, pueden permanecer hasta dos semanas en una esponja húmeda.

En nuestro caso, utilizamos casi siempre el lavavajillas, pero hay platos o copas que no pueden lavarse así o bien hay días en los que usamos pocos utensilios de cocina y es más práctico hacerlo ‘a mano’. Entonces, los fregamos con el estropajo y jabón concentrado, dándolos por limpios y listos para volverse a utilizar. Y, después de su uso, nos conformamos con enjuagarlo bien con agua y escurrirlo bien. Imagino que es lo que hacemos la mayoría, aunque no sea suficiente.

El problema es que, según un nuevo estudio, en los estropajos de cocina no solo se encuentran millones y millones de bacterias, sino que los métodos caseros para desinfectarlos podrían agravar el problema. La explicación está en que parece ser que calentar el estropajo en el microondas o lavarlo en agua muy caliente (dos de los trucos más empleados) se reduce en efecto la cantidad de ciertas bacterias, pero el ‘espacio libre’ que dejan estas acaba siendo ocupado por otras más peligrosas para la salud.

Otro método bastante utilizado es lavar el estropajo en el lavavajillas con un programa que incluya fase de secado. Aunque parece ser que este sistema acaba de forma significativa con las bacterias (al igual que el microondas, según un anterior estudio), entiendo que es probable que pueda pasar el mismo efecto: que los gérmenes más resistentes (y dañinos) acaben colonizando el espacio que ha quedado disponible al desaparecer las más inofensivas.

De este modo, la mejor solución pasa por sustituir con frecuencia el estropajo. No he encontrado intervalos de tiempo concretos, pero los expertos sí insisten en que debe cambiarse inmediatamente en el momento en que empieza a oler (donde hay hedor, hay gérmenes).

Aunque hay productos desinfectantes sin lejías diseñados específicamente para este fin, los que he encontrado parecen acabar con  las principales bacterias que causan infecciones gastrointestinales, hongos, alérgenos y virus causantes del herpes simple tipo 1 y la gripe (Influenza A H1N1), pero no indican sí consiguen eliminar los demás gérmenes que se señalan en el mencionado estudio.

A pesar de todo ello, tampoco hay que volverse loco con el tema de la higiene ni germofóbicos. Al final, en personas sanas, muchas de las bacterias presentes en los estropajos no deberían causarnos ningún daño. Pero eso no quita que no sea fundamental que mantengamos unos buenos hábitos de limpieza y desinfección en la cocina para evitar aquellas más peligrosas. Y nada de usar el estropajo de lavar los platos para limpiar el fregadero, la encimera y los fogones (lo he presenciado). Por favor.

 

Rosa Lecina

Periodista de salud, belleza y bienestar. Lo que más me gusta de mi trabajo es que me permite aprender cosas nuevas cada día y poder compartirlas con los demás. Desde Santium espero poder descubriros todo aquello que nos ayude a vivir una vida más sana. Podéis contactarme en: blogsanitum@gmail.com

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