Cómo dejar de fumar sin engordar

Este 2017 se está acabando y, probablemente, ya estamos la mayoría pensando en los propósitos para el nuevo año. Si aun fumáis, nada mejor que la excusa de la entrada al 2018 para dejar este hábito que, como sabéis, tanto daño hace a vuestra salud.

Hace poco en Mamitech, el blog de tecnología para mamás, hablaban de Quit now, una aplicación para dejar de fumar recomendada por la comunidad médica y de la que, personalmente, he oído muy buenos comentarios. Os lo comento por si os puede ser de ayuda.

También, en caso de que estéis en el momento de querer olvidaros del tabaco de una vez por todas, quizás os preocupe el hecho de que esto os haga ganar peso. Por ello, me pareció interesante compartir los consejos de los doctores de la Clínica Opción Médica para ayudar a los fumadores a dejar de fumar sin engordar.

La cuestión es que, cuando se abandona el tabaco, el cuerpo experimenta diferentes cambios psicológicos y fisiológicos que pueden derivar efectivamente en un aumento de peso en la mayoría de las personas.

La principal responsable de todas estas alteraciones que sufre nuestro organismo al dejar de fumar es la nicotina. Pero para entender los efectos secundarios que se producen al dejar el tabaco, debemos entender primero cómo actúa esta sustancia:

– Es un estimulante a nivel del sistema nervioso. Este efecto provoca que aumente el metabolismo basal y la temperatura, lo que hace que se quemen más calorías extras.

– Aumenta la sensación de saciedad y placer.

– Produce adicción, por eso decimos que actúa en el cerebro de una forma parecida a la del azúcar. En ausencia de esta, se produce el síndrome de abstinencia con ansiedad.

– Provoca alteraciones en nuestra digestión: estimula un aumento de los jugos gástricos y una disminución de los movimientos musculares del sistema digestivo, produciendo una mala eficacia digestiva y un menor aprovechamiento de los alimentos.

– Reduce las secreciones de la vesícula biliar y disminuye aún más la eficacia en la asimilación de los alimentos.

– Disminuye la capacidad olfativa y gustativa.

– Produce una flora intestinal de peor calidad, lo cual influye sobre la creación de algunos metabolitos importantes para nuestra fisiología.

Estos cambios se producen por el efecto de la nicotina en el organismo. Por eso, cuando esta sustancia se reduce o elimina, las consecuencias inmediatas son las siguientes:
– La temperatura corporal baja y el metabolismo basal se ralentiza. Por lo tanto, dejamos de quemar calorías extra.

– Aumenta la ansiedad y el cuerpo necesita tratarla con algún equivalente como azúcares o grasas.

– El aparato digestivo vuelve a funcionar como debe y optimiza el aprovechamiento calórico.

– La vesícula biliar también aprovecha mejor las grasas ingeridas.

– Reaparece la capacidad olfativa y gustativa, lo que convierte la comida en más atractiva.

– La flora intestinal tarda en recuperarse y sigue un tiempo sin producir algunos elementos vitales que podrían ayudar a regular los niveles de azúcar y colesterol en sangre.

Así pues, es cierto que es muy fácil engordar al dejar de fumar, pero este aumento de peso puede evitarse siguiendo los consejos del Equipo Dietético y Nutricional de Clínica Opción Médica.

– Respecto a la alimentación, la mejor manera de evitar engordar al dejar de fumar es llevar un control de la dieta. Hay que intentar reducir la ansiedad y la tentación de recurrir a la comida grasa y rica en azúcares y sustituirla por caprichos más sanos (aquí os damos unas ideas de snacks saludables). Además, siempre se recomienda hacer cinco comidas, porque por lo general es mejor comer con más frecuencia y en menor cantidad.

– En esta etapa, el cuerpo pedirá azúcares para sustituir la nicotina. Pero nunca hay que darle dulces ni bebidas azucaradas. Podemos recurrir al pan o el arroz integral o a la fruta, que además de reforzar el sistema inmune, es un buen sustituto para calmar esta sensación de hambre o ansiedad.

– El agua (unos 10 vasos de agua al día) o las infusiones también ayudan a mantener la sensación de saciedad y evitan comer compulsivamente. Además, tienen efectos diuréticos, que benefician el buen funcionamiento de los riñones.

– Tomar lácteos, al menos una vez al día, pueda ayudar a mejorar la flora intestinal. También podéis recurrir a probióticos como la kombucha. Otro apoyo puede ser tomar proteínas de calidad.

– La proporción de café o el té debe bajar, ya que son estimulantes de la creación de cortisol y, por lo tanto, pueden causar mayor ansiedad y necesidad de tabaco, que el cuerpo sustituirá por comida.

– El ejercicio es también fundamental. No solo porque ayuda a perder peso, sino porque nos hace liberar endorfinas, descargar tensiones y calmar la ansiedad.

– Otro punto importante a tener en cuenta es pensar en sustituir esos cigarrillos clave como el del café de la mañana o después de comer por otros hábitos atractivos y saludables.

Esperamos que estos consejos os animen a dejar de fumar de una vez por todas y que os decidís a seguir un estilo de vida saludable.

Desde Sanitum estaremos contándoos todas las novedades en alimentación sana y buenos hábitos para ayudaros a ello 😉