Somos cada vez más conscientes de la importancia de una exposición saludable al sol. Conocemos bien las las consecuencias de no hacerlo: el envejecimiento prematuro de la piel y, la más grave, el aumento del riesgo de sufrir cáncer cutáneo. Por eso, en pleno verano, todo aquello que nos ayude a proteger y mejorar la salud de nuestra piel es muy bienvenido.
Más allá de no cometer barbaridades (hay que evitar las horas centrales del día, exponerse al sol de forma progresiva, tener cuidado con las partes del cuerpo más sensibles, protegernos con sombreros y gafas de sol…) y no olvidar nunca el protector solar, hay ciertos nutrientes que, según nos cuenta Inmaculada Canterla, farmacéutica y directora de Cosmeceutical Center, nos ayudan a estimular la protección natural de la piel. Es decir, la melanina, el pigmento oscuro que fabrica la piel para protegerse del sol.
Estos alimentos buenos para la piel son:
- Q10: Este nutriente es el primer antioxidante en degradarse en la piel por la acción del sol. De ahí la importancia de tomar alimentos que lo contengan. El Q10 está presente de forma natural en el pescado, el marisco, las espinacas y las nueces. Al consumir estos alimentos aportamos a la dermis un suplemento básico para reforzar la protección natural de nuestra piel.
- Betacarotenos: Se considera uno de los más importantes precursores de la vitamina A y por ello se le conoce también como pro-vitamina A. Ayuda a mantener la piel sana, evitando los daños de la radiación solar. Este nutriente abunda en la calabaza, las zanahorias, la papaya, los pimientos, los melocotones y los albaricoques. Estos dos últimos son frutas del verano, así que no solo podemos aprovechar y disfrutar de ellas estos meses, sino que además son alimentos buenos para la piel.
- Vitamina C: Esta vitamina es un potente antioxidante y ayuda a equilibrar la respuesta inflamatoria del cuerpo. Las fuentes principales de vitamina C son la gran mayoría de frutas y verduras. En especial, los cítricos, la coliflor, las espinacas…
- Suplementos orales: Según Inmaculada Canterla “es necesario contar con un refuerzo oral que suplemente la efectividad de los protectores solares tópicos”. En especial, recomienda los suplementos que incluyan extracto de Polypodium leucotomos, un polifenol derivado de una planta de Centroamérica que ha demostrado paliar los efectos nocivos de la radiación solar en nuestra piel.
También los suplementos de beta-caroteno han probado ser eficaces para disminuir la sensibilidad al sol y prevenir las quemaduras solares.
No obsante, ojo, porque los suplementos orales son tan solo una ayuda, en especial para las personas con ciertos tipos de alergia solar o que vayan a exponerse de forma intensa y brusca al sol por cualquier circunstancia. Es decir, si no nos aplicamos protector solar en la piel, de poco nos servirán.
En el caso de los suplementos de betacaroteno, este tan solo es capaz de absorber los rayos ultravioletas en ligeras dosis tras unas 10 semanas de consumo. Eso sí, al tratarse de un pigmento, conseguiremos que se acumule en nuestra capa de grasa corporal, por lo que tendremos un tono más anaranjado y nos ayudará a mantener nuestra piel más hidratada y elástica.
Sin embargo, debemos ser cautos con los suplementos de Vitamina A, porque en exceso pueden ser dañinos. Además, las personas fumadoras no deberían suplementar su dieta con betacaroteno, ya que diferentes estudios han determinado que pueden tener efectos contraproducentes para su salud.
